- Política
El acto de toma de protesta de César Carvajal González como dirigente de la asociación Emprendedores Por la Nación (EPN) fue el marco perfecto para que se llevara a cabo el conclave “beatricista” que reunió a personajes de diferentes partidos políticos en torno a uno de los operadores más cercanos a la embajadora de México en Brasil, lo que se presume un regreso de la ex gobernadora a tierras tlaxcaltecas.
En un episodio fuera de lo normal al evento realizado en Apizaco acudieron personajes como la senadora petista- morenista Martha Palafox Gutiérrez, la diputada federal del PRI, Guadalupe Sánchez Santiago, el diputado local perredista Tomás Orea, las diputada local priísta, Angélica Zarate y Sinahí Parra, así como el diputado local del PANAL, Armando Ramos.
De igual manera acudió el alcalde de Chiautempan Antonio Mendoza Romero, los ex diputados locales, Noé Rodríguez y Eréndira Cova, además de las delegadas de la SEDESOL, Anabell Ávalos y de la STPS, Viviana Barbosa, así como el delegado de la SEGOB, Ángel Ochoa y el del Infonavit, Fernando León.
Una corriente más que se hizo presente fue el “orticismo” mediante la aparición de Rodolfo Ortiz Ortiz y el ex secretario de Fomento Agropecuario Ignacio López Sánchez, además de la presencia del ex secretario de gobierno Federico Barbosa, el líder sindical Justino Hernández y el líder transportista Indalecio Saucedo, entre otros políticos que acudieron al conclave “beatricista”.
Un aspecto relevante es que a pesar de haber sido la toma de protesta de una asociación ligada al presidente de la República, Enrique Peña Nieto y al PRI, no se contó con la presencia del primer priísta del estado, así como del dirigente estatal, Ricardo García Portilla y en general del Comité Directivo Estatal (CDE).
Trascendió que el conclave “beatricista” es un preparativo y una señal hacía el PRI estatal de que la señora que despacha como embajadora en Brasil está más inmiscuida que nunca en las elecciones federales de 2015 y las estatales de 2016 y el claro ejemplo es convocar a actores políticos de diferentes partidos con un enemigo en común.
Además de que se marcó claramente la postura del PRI nacional de Peña Nieto con sus delegados y la clara injerencia “beatricista” con respecto al PRI estatal y su postura tomada en las últimas elecciones tanto locales como federales que le acarrearon más fracasos que éxitos.