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A propuesta de la senadora tlaxcalteca Lorena Cuéllar Cisneros y su colega morelense Rabindranath Salazar Solorio, ambos del Partido de la Revolución Democrática, la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara alta aprobó por unanimidad la petición a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para que informe sobre los resultados y la transición del programa Oportunidades hacia Prospera.
Los legisladores denunciaron que en todo el territorio nacional “no han cesado las denuncias de colectivos ciudadanos sobre presuntas prácticas de utilización de programas sociales con fines electorales”.
Coincidieron en que, con base en los resultados alarmantes del programa Oportunidades, la rendición de cuentas permitirá deslindar responsabilidades y ver los errores cometidos, así como establecer y valorar las nuevas estrategias a seguir para lograr los objetivos planteados.
Asimismo, la Comisión, en la que participa también la senadora poblana Blanca María del Socorro Alcalá Ruiz, avaló una solicitud a Comisión Intersecretarial para que blinde los programas y acciones de la Cruzada Nacional contra el Hambre durante el proceso electoral.
La proposición aprobada solicita a esa comisión del gobierno federal que, en coordinación con el Comité Preventivo de Blindaje Electoral, se “fortalezcan los mecanismos que blinden los programas y acciones de esta estrategia de ser utilizados con fines electorales”.
Sobre el primer punto, la senadora Lorena Cuéllar, sostuvo que el desempeño del programa Oportunidades fue malo y se debe reconocer que su planteamiento conceptual y sustancial del Programa no es efectivo para atender la vulnerabilidad de los beneficiarios.
Además, la presidenta de la Comisión consideró que el programa está inserto en un sistema de protección social débil, segmentado y estratificado, y que privilegia acciones de tipo focalizado por encima de políticas universales.
“Y es así que pasamos de Oportunidades a Prospera, sin embargo, como lo ha demostrado la experiencia en nuestro país, estos cambios no han representado una mejoría sustancial en los niveles de bienestar de la población; sólo se cambia el nombre, pero la estrategia es la misma”, expuso en su propuesta.
Por su parte, el senador Rabindranath Salazar coincidió en que el programa no ha cumplido con sus objetivos y ha sido señalado en distintas entidades federativas como un instrumento al servicio electoral y a una asistencia social de supervivencia.
El morelense subrayó que en cuanto a su nulo impacto en la disminución de los niveles de pobreza, mejoramiento de la nutrición y la eliminación gradual de la exclusión social, es preciso que se analice nuevamente la estructura y operación de dicho programa.
Finalmente, señaló que más allá de que el Gobierno Federal decidió cambiar el nombre de dicho programa a Prospera, no se puede simplemente dar un “borrón y cuenta nueva”, dejando atrás los resultados negativos.