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Terrenate, Tlaxcala, 4 de Marzo de 2015.- En medio de la escasa vegetación que caracteriza a la geografía del nororiente de la entidad, figura la comunidad de El Capulín, municipalidad de Terrenate, en donde la mayoría de los avecindados se preguntan, hasta cuándo las autoridades van a detener la explotación de una parte del cerro donde se asienta este núcleo de población con aproximadamente 600 habitantes, cuyo horadación lleva más de cuatro años; por lo pronto, la celeridad con que se ejecutan maniobras a base de maquinaria y camiones, tal pareciera que amenazara con desaparecer por completo a esta colonia fundada en 1929.
De igual manera, se cuestionan a dónde va a parar el dinero producto de la extracción de la tierra de color blanco proveniente de la mina; cuya responsable, según versión del presidente de comunidad, Rigoberto Briones Hernández, es una empresa del vecino estado de Puebla dedicada a la fabricación de cal.
Sin embargo, para nadie de la zona le es ajeno llegando por el rumbo de Huamantla, ver un enorme talud artificial del cerro originado por la explotación que lleva ya años Y, el volumen impresionante de material que se extrae a diario.
Ya que de acuerdo con el testimonio de varios lugareños, la roturación y explotación de este tipo de material no ferroso, comenzó en mayor medida hace más de seis años, donde a ocasionalmente se ve a personal de Semarnat y la Profepa.
Aunado a lo anterior, uno que otro de los entrevistados externó también su preocupación, ya que temen a futuro ocurra una desgracia y la colonia quede sepultada por el desgajamiento del cerro, básicamente por lo poroso del terreno.
Sobre todo narraron, debido a que hay muy poca distancia entre una de las márgenes del cerro y las instalaciones del centro de salud comunitario, la escuela primaria, una unidad deportiva y el cementerio local.
Inquietud por demás adicional, a raíz de que la empresa al momento de delimitar el área perimetral conformada por decenas de hectáreas y establecer el cercado a base de alambre de púa, bloqueo totalmente una vereda por donde transitaban niños de una ranchería cercana para acudir a la escuela.
No obstante coincidieron, a la entrada de uno de los acceso que conducen metros a bajo donde está la mina, sobresale un rotulo con el aviso para prohibir el pastoreo, la extracción de flora y fauna, así como la cacería.
“Nos hemos acercado al comisariado ejidal, Ángel Ignacio López De Gante, pero no nos chista nada al respecto, lo único de lo que estamos enterados es que, al parecer hay una participación económica, pero ésta solo se queda entre los 64 ejidatarios”.
Y solo para “taparle el “ojo al macho”, hace ya dos años emprendieron algunos trabajos para mejoras del templo de la población, de otra forma nada se sabe del recurso, opinaron.
Ahora bien dijeron, también sabemos que recientemente hubo modificaciones a la Ley Minera, en cuyo mandato establece que las empresas, ya sea nacionales o extranjeras relacionadas con la explotación de minas, no están exentas de participar con una serie de beneficios a favor de las comunidades donde llevan a cabo la actividad.
En cambio, otras de las cosas, ellos – la empresa- prohíben la extracción de plantas, sí con la roturación del cerro, y que ya casi se lo acaban, “terminaron con toditita la palmera”, pues entendemos también está legalizada su protección, ya que por ser única en su tipo está en peligro de extensión, remataron.