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Primero por necesidad al ser madre soltera, pero también porque le gusta mucho el campo, María Águeda Hernández Fernández se convirtió desde hace un año en brigadista rural contra incendios forestales en la localidad de San Juan Ocotitla, municipio de Atlzayanca.
“En parte primero me metí a esta actividad por necesidad ya que son madre soltera porque tengo una hija, pero también porque me gusta mucho el campo, la naturaleza y como andamos haciendo brechas me gusta mucho, es muy bonito participar”, dijo.
En su brigada conformada por 10 personas era la única mujer, pero desde hace unos cuantos meses Ana Laura Rivera Morales se convirtió en su compañera y ya han tenido encuentros de alto riesgo con el fuego.
Pero es mayor la satisfacción de evitar que las llamas consuman más hectáreas de pastizales o bosques, lo que las impulsa a continuar con una labor que pocas personas son capaces de desarrollar con efectividad.
En entrevista, María Águeda dijo que en el tiempo que lleva como brigadista ha combatido cuatro incendios forestales de magnitud y que el trato que tiene con sus demás colegas ha sido de respeto e igualdad, en gran parte porque la mayoría son sus familiares.
“El trato con los hombres ha sido muy bueno, son muy accesibles, no hay machismo”, afirmó.
“El siniestro más peligroso en que hemos participado fue en una barranca, andaba con mi compañera y ya lo teníamos controlado, pero de pronto el fuego volvió a salir desde abajo y casi nos agarra. Ahí resultaron afectadas 15 hectáreas”, relató.
Agregó que periódicamente como brigadistas reciben capacitación por parte de personal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) esencialmente en el uso de las mochilas, las herramientas, pero también cómo correr para escapar del fuego y subir y bajar montañas.
En Tlaxcala, existen en total 150 brigadistas rurales ubicados en 11 comunidades con ricos recursos boscosos.