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  • Gerardo Santillán
Líder estatal de la AALMAC dijo que hay puntos en los que no están de acuerdo con el tema

El Gobierno del Estado no ha ejercicio presión o hecho algún condicionamiento por lo menos a su Ayuntamiento, Amaxac, para que el Cabildo avale la recién aprobada reforma electoral que disminuye de 32 a 25 el número de diputados locales y programa las elecciones estatales con las federales, entre otras cosas, dijo el alcalde Carlos Luna Vázquez.

El también dirigente estatal de la Asociación de Autoridades Locales de México (AALMAC) que agrupa a ediles emanados de partidos llamados de izquierda, aseguró que no ha habido algún tipo de presión y que cada comuna hará el análisis serio que el tema requiere.

En el caso de Amaxac, dijo que será esta misma semana cuando convoque a su Cabildo para desahogar el asunto que es de suma trascendencia.

En entrevista, dijo que será esta misma semana cuando convoque a sesión de Cabildo para tratar ese tema en específico; sin embargo, de entrada consideró negativa la reducción de legisladores porque más que generar un ahorro económico para los tlaxcaltecas, lo cierto es que se puede privar a las minorías de tener una representación para legislar a su favor.

Ejemplificó que su comuna que quedaría en la misma demarcación electoral distrital que Contla y Apetatitlán, la tendría muy difícil para sacar un representante popular y en general alguien que vea por sus problemas, dado su número poblacional. Misma situación la viviría el municipio de San José Teacalco.

Es por ello que los alcaldes que conforman la AALMAC en Tlaxcala no ven tan positiva esa parte de la reforma electoral y todos tendrán cuidado para avalarla o no en sus cabildos. Aun con eso, lo que sí es positivo es aumentar de tres a cuatro años y ocho meses el periodo de los próximos presidentes municipales, pues eso les garantiza más tiempo para concretar proyectos en favor de sus gobernados.

Luna Vázquez reiteró que el Ejecutivo local a través de la Secretaría de Gobierno, no ha influido con algún modo de presión o condicionamiento presupuestal a su municipio para avalar la reforma, pero que los de izquierda deberán estar muy pendientes del curso que tomen las cosas.

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