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Con la llegada de temperaturas más cálidas y a pesar de las lluvias, se ha observado un aumento en el número de ciudadanos indocumentados de origen centroamericano por las vía del ferrocarril de Apizaco, quienes han requerido atención en el albergue “La Sagrada Familia” para tomar alimentos y descansar antes de continuar su camino hacia los Estados Unidos.
Aunque no hay un número preciso de cuántas personas han aumentado su paso por ese lugar, los responsables de las instalaciones de ayuda sí han reportado cada vez más adolescentes e incluso niños, muchos de ellos sin compañía familiar.
De acuerdo con el sacerdote y responsable de la casa, Elías Dávila Espinoza, el Plan Frontera Sur que fue diseñado precisamente para garantizar un paso seguro de los centroamericanos por el territorio mexicano, lo cierto es que ha provocado que los abusos no solo no paren, sino que obliguen a que el flujo de indocumentados sea por otras vías de comunicación.
Y es que tan solo en “La Sagrada Familia” que se ubicada en la colonia Ferrocarrilera, a un costado de las vías del tren, el paso de migrantes ha incrementado de forma sensible pero además con una presencia mayor de niños y adolescentes.
En el Plan Frontera Sur se supone que existe coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno para tener un mejor control sobre el flujo migratorio y garantizar un paso digno hasta la frontera norte, pero especialistas de organizaciones sociales han señalado que ha resultado contraproducente.
En tanto las cosas siguen su proceso, en la casa apizaquense de atención a migrantes se hace más necesario obtener insumos básicos como víveres e incluso ropa, a efecto de poder dar la atención que los caminantes requieren.