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  • Xico Corona
Se solidarizó con el gremio periodístico y reconoció que la libertad de expresión en México sigue siendo un peligro para los empoderados.

Luego del cobarde asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa, de la activista social Nadia Vera y de otras tres personas más en el Distrito Federal, la senadora Lorena Cuéllar Cisneros condenó el hecho y pugnó porque se esclarezca el crimen pero sobre todo porque los periodistas tengan las condiciones para desarrollar su trabajo para que la libertad de expresión no se vea coartada por quienes detentan el poder.

Al igual que lo han pedido algunos otros personajes políticos, Lorena Cuéllar pidió al Gobierno del Distrito Federal que se aborden todas las líneas de investigación para que se pueda dar con los responsables del asesinato que conmocionó no sólo al gremio periodístico, sino a la sociedad que ve como cada día la situación de inseguridad persiste y aumenta en el país.

En consecuencia la senadora se solidarizó con las acciones emprendidas por quienes conforman el gremio periodístico en todo el país pero sobre todo con quienes acudieron el día de ayer al zócalo de la capital de Tlaxcala a mostrar el repudio por el asesinato de quienes se atrevieron a denunciar los excesos del poder en Veracruz y que finalmente los alcanzó el mismo destino que otros periodistas más que han sucumbido ante la intolerancia de un régimen.

Es por esto que Lorena Cuéllar enarboló la libertad de expresión y la calificó como una necesidad que debe estar presente en todos los ámbitos de la sociedad y no sólo en el aspecto político y público, “la libertad de expresión es algo que todos tenemos y ningún gobierno o empoderado debe de tener las facultades para callarla, es por eso mi solidaridad con los periodistas y con las familias de aquellos que han sufrido la pérdida de un familiar que se atrevió a denunciar lo que a muchos en el poder les cuesta escuchar, mi apoyo, respeto y cariño”, dijo la senadora.

Asimismo, dijo que es lamentable que Tlaxcala continúe rezagada a nivel internacional y nacional como uno de los pocos estados en los que todavía está penalizada la libertad de expresión mediante los delitos contra el honor, lo que ha servido a quienes ejercen el poder como arma para tratar de callar las críticas por parte de periodistas que sólo ejercen esa libertad que reconoce tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la propia Constitución.

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