- Política
Tenía años que el priísmo no abarrotaba lugares en Tlaxcala, el día de ayer cerca de 10 mil personas llegaron a la unción de Marco Mena como nuevo dirigente del tricolor, se tenía la expectativa entre los priístas si darían señales de por dónde irá la “cargada”, el gobernador Mariano González Zarur dejó muy claro “en este partido hay reglas y las reglas se respetan”, aguardando así el “dedazo” hacía su favorito para sucederlo.
A los priístas “de segunda” les pidieron que llegaran al lugar desde las 8:00 horas, fueron invitados y coaccionados desde quienes laboran dentro de los Ayuntamientos que gobierna el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pasando por los que están dentro de las dependencias del gobierno estatal y el personal que labora dentro de las delegaciones federales en manos de personajes tricolores.
Ahí llegaron lo mismo gente acarreada que se presume que les pagaron un dinero por asistir, lo mismo que encumbrados funcionarios en autos último modelo, se juntaba el priísmo “de primera” con el “de segunda”, se mezclaba el olor de aquellos priístas que tienen que trabajar a diario para mantenerse, con quienes llevaban costosos perfumes de diseñador a costa del erario público.
Una vez que estaba concentrado el priísmo de “alcurnia” y la llamada “borregada”, llegó Manlio Fabio y Mariano González, mientras tanto en las entradas los “cadeneros” del marianismo vigilaban que no pasara una sola mosca al evento en el “palenque” que era el lugar para aquellos que son cercanos, para los privilegiados.
El mensaje de Mariano fue claro y conciso “la política no es de improvisaciones, tiene cabeza, tiene ritmo, tiene cadencia, en este partido hay reglas y las reglas se respetan”, por lo que la esperada unción de Marco Mena como el posible candidato del PRI no llegó y el mandatario dejó ver que el viejo PRI se impone y que será él quien designe al candidato de su partido para sucederlo en 2016.
Fue así como el mandatario asumió que esperarán los tiempos para destapar a quien abanderará el PRI para la sucesión de gobierno, sin recordar que por lo menos los últimos cinco gobernadores de Tlaxcala no han logrado imponer a su sucesor, algo que se sabe que pretende hacer aquel que presumió el carro completo en las pasadas elecciones federales, en donde igual olvido decir que su antecesor Héctor Ortiz Ortiz logró el mismo “carro completo” al igual que él, pero con triunfos contundentes y con alrededor de 10 mil votos más a pesar de que hace seis años el electorado era menor.