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Alude al ataque ocurrido hace más de una semana, cuando supuestos policías balearon a una veintena de centroamericanos

Apizaco, Tlaxcala.- De lunes a viernes, Claudia López es policía auxiliar del Distrito Federal: En su tiempo libre se convierte en activista para ayudar a los inmigrantes centroamericanos que viajan en tren hacia Estados Unidos con escala en Tlaxcala.

Ella, su madre y sus hermanas son las responsables de preparar los alimentos y servirlos a los hospedados en la Casa del Migrante La Sagrada Familia, con sede en el Municipio de Apizaco. Lo hace con sus propios recursos o donativos de caridad y de asociaciones civiles.

"No todos somos iguales", dijo la mujer policía cuando servía los platillos para decenas de centroamericanos.

Aludió así al ataque ocurrido hace más de una semana, cuando supuestos policías balearon a una veintena de centroamericanos que iban sobre los vagones del ferrocarril en movimiento; la agresión dejó un muerto y dos lesionados.

Alta, delgada, madre de tres adolescentes, Claudia López está certificada y cuenta con permiso para portar armamento.

Su madre, Guadalupe Nájera, es quien prepara los alimentos; requiere diario de 8 kilos de arroz para 40 personas, a veces es insuficiente.

La mujer policía narró que fue Guadalupe quien le inculcó el espíritu altruista, y ella lo adoptó después de ser testigo del maltrato que sufren los inmigrantes centroamericanos también en el Distrito Federal.

"La primera vez que vine a la Casa del Migrante fue sólo por curiosidad, sinceramente, pero ya después ves a la gente, tantas cosas malas que pasan", dijo.

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