- Gobierno
Integrantes de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (CONATRIB), se reunieron esta semana con el jurista Baltasar Garzón Real, quien advirtió sobre la importancia de la formación humanista del aparato de justicia en general, tras alertar que el tema no siempre ha sido el mejor atendido.
Reunidos en la Ciudad de México, tuvo participación la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Elsa Cordero Martínez, en su calidad de titular de la Unidad de Derechos Humanos y Equidad de Género de la CONATRIB.
El impulsor de la fundación Fibgar Pro Derechos Humanos y Jurisdicción Universal, Baltasar Garzón, y el presidente de la CONATRIB, Edgar Elías Azar, hablaron de la trascendencia de la preparación y capacitación judicial, en el que México prepara un proyecto para crear una Escuela Nacional de Jueces, que a su vez, forme a ministerios y defensores públicos.
De ahí que la Secretaria Técnica de la CONATRIB, la Magistrada Presidenta del TSJE, Elsa Cordero Martínez, será la encargada de generar proyectos a fin de trabajar en acciones que redunden a favor de los Derechos Humanos.
Por lo que el ex-juez español planteó que México requiere un Poder Judicial próximo y preparado científicamente, como elemento fundamental para asegurar la propia independencia de los jueces.
Con la presencia de los presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia de Durango, Michoacán, Tlaxcala y Querétaro, además de consejeros de la Judicatura capitalina y magistrados, entre otros, el presidente de Fibgar instó a poner en marcha proyectos para diseñar mecanismos que aproximen la acción de la justicia al pueblo.
“No hay nada que no suceda en todos los lugares, en cada uno de ellos con sus perfiles propios. Pero las historias de inseguridad, las historias de injusticia, las historias de buenos jueces, de justicia imparcial, o también de corrupción o de incidencia de la inseguridad en cada país han tenido su espacio”, comentó.
Destacó que entre los poderes judiciales y la sociedad civil organizada debe haber una proximidad, y pidió que los movimientos pro Derechos Humanos no sean vistos como enemigos de la justicia.