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Información que fluctúa a nivel nacional exhibió las mentiras con las que opera la Fundación social que dirige Lorena Cuellar Cisneros, misma que ha servido para promocionarse con las necesidades de la gente para repuntar electoralmente y hasta para hacer negocio con los apoyos que distribuye.
En la publicación del portal comunicación política y análisis, Rafael Reséndiz González expuso la historia de una de tantas mujeres que son atendidas por la senadora Lorena Cuellar Cisneros a través de la Fundación Fudest AC y que no reciben la que solicitaron denominada; “Los apoyos de la senadora que quiere gobernar Tlaxcala”
A continuación la publicación completa…
Ella es una mujer que rebasa los 70 años de edad, desde hace ya varios años padece de una deficiencia que le impide tener una buena calidad de vida. Debido a que su familia no cuenta con los recursos suficientes para adquirir los utensilios que requiere, ha recorrido, hasta el momento sin éxito, algunas dependencias municipales, estatales y federales.
Hace poco más de dos meses se topó con quien dijo ser el esposo de la senadora por Tlaxcala, Lorena Cuéllar. Quien dirige o administra la Fundación de Desarrollo Social A.C. (Fundestac). Esta persona ofreció que ahí en dicha institución la podrían apoyar para adquirir los utensilios que con ansiedad ha buscado.
Le pidieron se hiciera unos estudios con los médicos de la fundación cuyo costo era “tan solo de 300 pesos”. La septuagenaria comentó que no tenía esa cantidad, que necesitaba conseguirla.
El “licenciado” se ofreció a pagar el 50 por ciento del costo de los estudios, “a ver si no se enoja la senadora”, le dijo.
Los “análisis” se los hicieron unos “médicos que solo me preguntaron mis generales, me pusieron unos aparatos, mientras ellos platicaban sus historias de juventud, y al final me dieron los papeles”, relata la señora.
Llevó los estudios al domicilio de la Fundestac, sito en Guridi y Alcocer 64, en la capital del estado. Ahí le dijeron que le llamaría para cuando estuviera el apoyo. Ilusionada regresó a sus actividades diarias.
Al cabo de dos meses le avisan que la esperan el domingo 25 de octubre en las instalaciones de la fundación. En punto de las nueve de la mañana se apersonó en dicho domicilio, estaba ilusionada. Por fin su apoyo, pensó.
A las 10 de la mañana aparece la senadora por Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros para hacer entrega formal de los apoyos, eran no más de 20 personas.
Empieza la entrega, la senadora se acerca a la septuagenaria con algo en las manos.
“Mire, no tenemos recursos para lo que usted requiere, pero le damos esto para que lo rife y se ayude a conseguir los recursos y venga por sus aparatos”, palabras más, palabras menos fue lo que le dijeron al momento de entregarle lo que ella pensó era su apoyo.
¡Era un horno-asador repleto de calcomanías con el rostro de Lorena Cuéllar! El precio en el mercado de ese electrodoméstico fluctúa entre los 300 y 400 pesos, no más. Con la rabia contenida tuvo que posar para la foto junto a una legisladora sonriente.
“¡Mire, no se los aventé porque soy educada! ¡Pero cómo creen que voy a rifar esto, seguro la gente pensará que me lo regalaron y que hago negocio! ¡No señor, yo sí tengo dignidad y respeto por los demás!”
A las 11 la aspirante a gobernar a Tlaxcala salió presurosa, “es que es una persona muy ocupada, y más ahora con la campaña”, balbuceó alguna de las personas que apoyan a la sobrina de Joaquín Cisneros.
¡No! ¡Así no se trata a quien menos tiene!
No es con limosnas, ni pisoteando la dignidad de una persona como se llega ser líder ni a tener autoridad.
Que esto sirva de ejemplo no solo para aquellos que recurren por un apoyo para mitigar sus carencias, sino también para Adriana, Adolfo, Marco Antonio, Martha, Alejandro, Aurora, Noé que suspiran por llevar las riendas de este estado.
P.D. Los mismos estudios se los volvió a hacer en el CRI de Apizaco, le costaron $160.00;
Lo que ella necesita tiene un costo de entre 3 y 4 mil pesos.
El nombre me lo reservo a petición de la señora.