- Política
Continúan las quejas en contra de Juan Manuel Cambrón Soria, líder estatal del PRD, quien ha sido señalado por sus compañeros de partido de haber vendido candidaturas para las presidencias municipales y para los distritos, ahora tocó el turno a los aspirantes a las alcaldías de Tzompantepec y Tetlatlahuca denunciar los abusos en los que ha caído.
Desde el proceso interno, Cambrón Soria fue acusado junto con Santigo Sesín de haber vendido las candidaturas hasta en 150 mil pesos, además de negociar las regidurías y sindicaturas dentro de las planillas, incluso al grado de poner a su esposa como primer regidor en el municipio de Yauhquemehcan en donde la prebenda alcanzó al aspirante mejor posicionado a cambio del lugar para su concubina.
No sólo quedó ahí el actuar de Cambrón, sino que perredistas cercanos filtraron a este medio una presunta reunión entre Santiago Sesín y el líder del PRD con el gobernador Mariano González, platicas en las que el tema principal sería la traición a la abanderada del sol azteca al gobierno del estado, Lorena Cuéllar Cisneros.
El plan consistía en resquebrajar desde dentro al PRD para menguar las aspiraciones de Lorena Cuéllar, estrategia que según militantes de Tetlatlahuca ha cumplido con cabalidad Manuel Cambrón, quien sabía las cuotas de equidad de género y no hizo algo al respecto.
La popularidad de Lorena Cuéllar frenaría la traición de Manuel Cambrón, quien al ver el repunte de la candidata de su partido dudaría en el pacto con Mariano González y buscaría posicionarse frente a la aspirante al gobierno del estado, creando discrepancias al interior del equipo lorenista que ha sorteado la embestida orquestada desde la dirigencia del PRD.
El repudio hacía el dirigente del PRD llegó al límite cuando fueron bajadas varias candidaturas por la equidad de género, tema que no visualizó por los negocios concretados en las planillas perredistas y fue ayer que militantes de varios municipios hicieron evidente su rechazo a la política de Manuel Cambrón, al grado de manifestarse en las oficinas de la dirigencia, en donde pusieron mantas y hasta pintaron el inmueble perredista.