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No importa qué tan alta esté la temperatura, Sinahí visita casa por casa. Toca puertas, la reciben con generosidad y alegría, platican con ella, le dan su voto de confianza. La abrazan porque saben que es una mujer buena y que la alianza PRI-Panal va a lograr este cinco de junio un triunfo contundente.
Tampoco importan las distancias. Para eso Sinahí está en la mejor condición física. Sube y baja, comparte con sus paisanos la escasez y con ellos encuentra la solución.
En ocasiones despierta la misoginia de sus adversarios. No dan crédito al avance de una joven, rodeada de otras jóvenes y acompañada por campesinos, artistas, deportistas, mamás, obreros, choferes.
La convocatoria de Sianhí es conmovedora. Su discurso directo, sencillo y realista la hace hoy por hoy en la abanderada con mayor aceptación entre los ciudadanos.
Y a esa misoginia, a esos ataques cobardes de políticos sin valores y con planes perversos, la abanderada PRI-Panal los enfrenta con trabajo. Les tiende puentes de comunicación y finalmente logra hacerse de más simpatizantes pues aquellas personas que por desconocimiento tenían algún prejuicio en su contra, acaban por sumarse a las filas que día con día la acompañan.
El triunfo es el único destino de Sinahí y su proyecto. Así lo saben en San Cosme.
La candidata que traerá prosperidad está trabajando en ello.