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¿Por qué los abundantes seguidores de Lorena Cuéllar Cisneros, reaccionan con violencia a los hechos y a las noticias que finalmente descubrieron a un personaje con un trastorno disociativo de personalidad?
Esos ríos de gente si algo tienen es conciencia. Lorena es para ellos la heroína que traerá a Tlaxcala un régimen de justicia. Entonces, al descubrir que la señora Cuéllar tiene dos versiones en su conducta, los invade la ira y relacionan las verdades sobre Lorena con ataques únicamente dirigidos a manchar su imagen.
Eso no es cierto. Como tampoco es lógica la victimización de ella con intenciones distractoras en momentos de crisis. Este es el tiempo de hablar con la verdad. Miles de ciudadanas y ciudadanos no deben ser engañados.
Se trata de quien puede ser la próxima gobernadora de Tlaxcala. Si su arribo mediante engaño tras engaño de fragua, tendremos en consecuencia un régimen en manos de otra persona con trastornos emocionales. Si Mariano tiembla cuando enoja, ¿Lorena asumirá alguna de las múltiples personalidades a las que suele recurrir en momentos de crisis?
Ausencia
Temas como la violenta desaparición de su mamá le provocaron ausencia. No expresó una sola idea al respecto pese a que lo esperaban sus seguidores, y en general aquellos que no son sus seguidores pero son tlaxcaltecas a quienes dolió semejante saña en la muerte de Margarita Cisneros.
En la nota publicada por e-consulta sobre la investigación de este asesinato, en la tercera contradicción, se describen acciones de la señora Cuéllar y su padre, el señor Noé Cuéllar Bernal. La narración de los hechos marca un contraste, una contradicción entre la declaración del papá de Lorena y la declaración de su hijo Rubén Cuéllar Larios.
Textualmente señala lo siguiente: “el día de los hechos se despertó a las 6:30 horas y se levantó como a las 7:00 horas, y que ahí se encontraba su padre y su madre, así como su hermano, y que entre las 7:00 y 7:30 horas, recibió una llamada telefónica de Lorena Cuéllar, por lo que le pasó el teléfono a su papá. Posteriormente el papá le dijo que sacara la camioneta y lo acompañara, sin decirle a dónde, que él condujo hasta el seguro social de la Loma, sin saber a qué fueron y que no le preguntó a su papá porque lo vio nervioso, de ahí le dijo que se detuviera frente a la casa de los Cisneros, pero que no le preguntó qué ocurría, que él se enteró de la muerte de Margarita por un doctor de la familia Cisneros, pero su padre nunca se lo dijo”.
Tres días después, el ex senador Joaquín Cisneros Fernández, tío de la candidata perredista al gobierno declaró en entrevista con e-consulta: “que Margarita Cisneros murió intestada”.
El silencio, la ausencia, en este tema, siguen siendo una constante de Lorena Cuéllar.
No hacer caso a semejantes temas señala a la personalidad ausente, esa que se sustrae cuando ocurre algo incómodo en la vida de las personas con trastorno disociativo de personalidad.
Alguien en cuyas manos va a quedar el manejo de los temas más espinosos del estado no debería ausentarse de semejante forma. La ciencia nos dice que los enfermos de DSM (así se conoce al trastorno disociativo) decantan en problemas de memoria al sentirse incómodos.
Esta puede ser una explicación sobre la pasividad de una senadora de la República con poder para llegar al fondo del asesinato de su mamá, pero que prefirió sustraerse al ser afectada por una desmemoria inducida.
¿Qué incomodaría a la senadora tlaxcalteca, al grado de entrar en dicho cuadro?, ¿La pena por la desaparición violenta de su familiar, o la incomodidad provocada porque ese asunto entorpecería su obstinado proyecto de conquistar el gobierno estatal?
Obstinación
El enfermo de DSN es incapaz de superar otra de sus identidades: la compulsión.
¿Conviene al estado una gobernante con cuadros obsesivos compulsivos al extremo de la evasión, para conseguir un propósito que puede o no ser legítimo o legal, en el desempeño de un régimen de poder?
Esto puede explicar los cuidados extremos en el uso del maquillaje casi como una geisha para alcanzar el arquetipo de la ternura hecha mujer. Detrás de esa máscara puede operar una perversidad temible, la misma que es tan dura como para sustraerse a la aclaración de la muerte de su mamá o para olvidar que en efecto, despojó a su sobrina Ilenia, hija de su extinta hermana Aimé, a quien según Joaquín Cisneros dio una casa de 500 mil pesos y se quedó con la parte robusta de una herencia superior a 180 millones de pesos.
El engaño
De manera natural llegamos a una más de las identidades del enfermo de DSM: las verdades a medias.
Mentir a una multitud al grado de manipularla no debería ser el delgado hilo del que pende la devoción de miles de seguidores de la candidata Cuéllar del PRD.
Vimos antecedentes en su pasado. Vimos los riesgos de tener una gobernante con trastorno disociativo de personalidad.
Aun no abordamos la fuerza que puede desencadenar en la multitud que le sigue.
¿Por qué sus esperanzas deberían estar fincadas en un personaje que se ausenta, que se induce problemas de memoria o que miente?
Esa es la verdadera preocupación de sus inchas.
Los molesta que sus esperanzas no hayan sido depositadas en la persona correcta.
Entonces, reaccionan con violencia porque no aceptan defraudarse a sí mismos. Los haría sufrir demasiado abrir los ojos a una realidad.
La deidad creada en torno de la imagen de la senadora Cuellar les falló.
Se les vino abajo.
¿Hay cura para el trastorno disociativo de personalidad?
No en el poder, cuando no existan represas que contengan aguas llenas de rencor y sed de venganza.
¿Qué pasaría en un estado donde a la intolerancia se le maquillara con una imagen tierna y al apego al Estado de Derecho, con la desmemoria causada por el DSM?
Los miles de seguidores de la senadora Cuéllar deben tomar las cosas con calma.
Cada uno es una minúscula parte de la responsabilidad colectiva bajo el riesgo de obedecer a un proceso de manipulación.