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  • Alfonso Sánchez Anaya
El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera: Alexander Pope, poeta inglés

Parafraseando la novela del escritor  mexicano Luis Carrión Beltrán, El Infierno de todos tan temido, en donde la vida interior de un personaje transita entre el alcohol, la locura, la literatura y su fidelidad, nuestro país se ahoga en sus propios demonios de corrupción e impunidad, homicidios dolosos, desaparecidos, periodistas asesinados y la pobreza de un pueblo que no tiene otra salida que una acción colectiva para cambiar una adversa realidad que no solo está en su mente, sino que la padece todos los días.

No sé si Ustedes compartan los sentimientos de indignación, que la mayoría de los mexicanos tenemos, con relación a las poco afortunadas palabras de nuestro señor Presidente cuando expresó que estamos equivocados todos aquellos que vemos a un México en crisis, “solo está en sus mentes”, ha afirmado con gran vehemencia.

Quizá nadie le ha dicho que es el Presidente peor calificado por el pueblo, el menos aceptado, el que tiene más señalamientos por los actos de corrupción que lo han evidenciado junto a su círculo más cercano, a miembros de su "nuevo" PRI y a algunos gobernadores y exgobernadores extraídos del mismo.

Resulta poco creíble que EPN ignore que según Marcelo Delajara, director de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), 48 de cada 100 mexicanos nacen pobres, así viven y así morirán; en el caso de las mujeres será peor por la discriminación, la falta de oportunidades y por el  número de feminicidios que van en aumento en gran parte del país.

“Si México sigue creciendo a un ritmo de menos 1 por ciento de Producto Interno Bruto (PIB) per cápita al año, el mexicano promedio verá duplicar su ingreso cada 70 años; es decir, cada tres generaciones”, precisa Delajara.

Tampoco le han puesto sobre su escritorio, datos de instituciones de su gobierno que puntualizan que de los poco más de 52 millones de mexicanos que forman parte de la población económicamente activa, PEA, casi el 60 por ciento de ella está ocupada en la informalidad sin ningún tipo de acceso a los servicios de salud pública, vivienda o pensiones.

Por otro lado, sería muy importante que conociera  los informes oficiales que establecen que se ha experimentado un incremento de la inflación a partir de octubre de 2016, actualmente ya por arriba del 5 por ciento luego de los gasolinazos, pulverizando cualquier intención de recuperación del poder adquisitivo.

Según el organismo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, un trabajador que gana 80 pesos al día puede comprar solo una cuarta parte de una canasta básica de lo que adquiría en 1981; México tiene de los más bajos salarios mínimos de todo Latinoamérica, por lo que los trabajadores tienen que laborar casi dos meses y medio para poder comprar los productos necesarios para su alimentación. La mayoría de los mexicanos ganan menos que los trabajadores en Guatemala, por ejemplo, y solo como referencia, nada que ver con la oportuna acción electoral, perdón, aprehensión del señor Duarte.

Quizá sea necesario que al ciudadano Presidente, le den acceso a información seria y verídica de la situación económica que vive el país, que se dé cuenta que hay un México que no ha visto, que hay otras cifras y realidades alarmantes además de las que aquí hemos referido de forma muy breve.

Finalmente, comentarles  que la Cámara de Diputados a través de su Centro d Estudios Sociales y de Opinión Pública, CESOP, publicó recientemente que casi el 87 por ciento de los mexicanos piensan que el gobierno del Presidente EPN, no ha hecho lo suficiente para reducir la pobreza en la que se encuentran cerca de 60 millones de personas; también, ayer mismo el CONEVAL afirmó que la pobreza ha aumentado un punto porcentual del 2012 a la fecha.