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Blanca Águila acordó que no se compraran como cada año a través de una jugosa transacción pero fue descubierta y reculó.

La dirigente de la sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (Sntsa), Blanca Águila Lima tuvo que echarse para atrás en la millonaria negociación de los uniformes de los trabajadores de la Secretaría de Salud (SESA) luego de que fuera descubierta, mientras tanto no se entregaran en tiempo y forma, engañando a los agremiados que no habrá desfile el 1 de mayo por la presencia de estudiantes de la FNERRR en el zócalo capitalino.

Blanca Águila le “tomó el pelo” a sus agremiados al asegurar a través de una circular repartida en los hospitales del estado, centros de salud y oficinas de la SESA que la participación del sector en el tradicional desfiles del 1 de Mayo no se llevará a cabo debido a que el centro está tomado por estudiantes de la FNERRR, mientras que la realidad es que no se realizará debido a que no entregará en tiempo los uniformes que otorgan cada año.

La lideresa sindical no contó con el hecho de que algunos trabajadores se iban a enterar que negoció los millonarios recursos para los uniformes con la jefa de Recursos materiales de la dependencia, María Goreti Lina Flores Xelhuantzi; la intención de Blanca Águila sería desaparecer el dinero para los casi 6 mil uniformes para el personal de la SESA.

Tras haberse percatado que había sido descubierta Blanca Águila acordó con la funcionaria estatal mandar a hacer los uniformes, sin embargo, ya era tarde y no tenían el tiempo para licitarlo tal y como habían acordado para llevarse una “jugosa tajada”, por lo que tuvo que recurrir al engaño una vez más y excusarse con la presencia de estudiantes de la FNERRR para justificar que no se presentarán en el desfile.

Después del evidente error que le podría costar aún más la poca credibilidad que le queda para eternizarse en la elección por la dirigencia del Sntsa, Águila Lima trató de congraciarse con los trabajadores de la dependencia con un día de asueto para todas las jornadas laborales por no entregarles a tiempo los uniformes, hecho que contabilizado en lo que cuesta un día de salario por el personal de la SESA, cuantifican perdidas millonarias que no saldrán del bolsillo de la dirigente, sino de los tlaxcaltecas.

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