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Fieles al estilo que los ha caracterizado desde hace casi 90 años, los priístas formalizaron mediante una Convención de Delegados el "dedazo" para imponer a personajes que son repudiados en su mayoría por los tlaxcaltecas en las candidaturas federales, confirmando a Anabel Alvarado Varela y Florentino Domínguez Ordóñez al Senado; Mariano González Aguirre en distrito I y Blanca Águila Lima en el segundo distrito.
Fue en el salón Joaquín Cisneros Molina que se dieron cita mil 800 Delegados previamente adoctrinados para levantar la mano y darle formalidad a la unción de ex funcionarios corruptos, traidores al tricolor, junior's sin méritos y líderes sindicalistas charros.
La candidata en la primera fórmula es Anabel Alvarado, quién ha sido la diputada federal que ha ganado con el porcentaje más bajo en la historia de Tlaxcala; como titular de la Secretaría de Gobierno dejó a Tlaxcala con los números más altos en asesinatos de los últimos años y se caracterizó por burlarse de los tlaxcaltecas al llamar "hechos aislados" a los homicidios ocurridos en la entidad.
El segundo en la fórmula es el "profe" Florentino Domínguez, al igual que Alvarado su paso por la Segob y la dirigencia del PRI fue gris y es más conocido por haber traicionado a su partido y ser funcionario estatal del Partido Acción Nacional (PAN) que por su desempeño.
Para el distrito I, los priístas eligieron al hijo del ex gobernador Mariano González Zarur y aun diputado local, Mariano González Aguirre, a pesar de no tener méritos propios ni trabajo legislativo en el Congreso del Estado, ya que hasta el momento no se conoce una iniciativa que haya presentado.
Al igual que en el tercer distrito, el PRI dejó suelto el segundo distrito en manos de Blanca Águila Lima, lideresa que a base de intimidaciones y terrorismo laboral se ha mantenido al frente del Sntsa, no obstante, su poder político está muerto y solo tiene un puñado de seguidores que se han beneficiado con plazas laborales para sus familias, siendo de todos los candidatos la más repudiada; en su paso por la alcaldía de Zacatelco dejó obras infladas y desfalcos según el OFS, sin embargo, 800 mil pesos serían su salvación para que su Cuenta Pública fuera aprobada por los entonces diputados locales.