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Entre aplausos y gritos de “¡Presidente, Presidente!” arribó Ricardo Anaya a la Universidad Iberoamericana, para dialogar con la comunidad en torno a sus propuestas y a los problemas de México.
Con el periodista Jorge Ramos como moderador, el candidato de la Coalición Por México al Frente dio respuesta puntual a diversos cuestionamientos, con los que dejó en claro el tipo de país por el que lucha pero, sobre todo, el tipo de persona que es y cómo es capaz de representar a México ante diversos dilemas.
Ante las autoridades universitarias, entre ellos el rector David Fernández, profesores y alumnos, pero también acompañado por liderazgos de la Coalición, Ricardo Anaya hizo énfasis en la desigualdad, inseguridad, violencia y falta de oportunidades que vive México.
Estos problemas, dijo, se deben a la falta de inversión, debido al brutal e irresponsable endeudamiento de la actual administración, sumada a su enorme ineficacia .
“Claro que han tenido dinero, lo que pasa es que lo han malgastado”, manifestó al recordar que si bien también se han caído los ingresos petroleros, hay un balance positivo por los ingresos tributarios, lo cual exhibe que este gobierno ha tenido, inclusive, más dinero que los anteriores.
Por ello, dijo, él se concentrará en lo que más se necesita: recomponer el gasto público, bajar el gasto corriente y aumentar el gasto en infraestructura, que permita regresar a niveles de 25 puntos del PIB.
“Eso es algo que, con voluntad política se puede hacer, desde el primer año del gobierno”, aseguró.
Además de presentar sus fórmulas para erradicar la violencia y la desigualdad, expuso por qué México debe pasar de la economía de la manufactura a la del conocimiento.
También, aseveró que la corrupción no es un problema cultural, sino consecuencia del incumplimiento de la ley.
Dentro del gobierno, ejemplificó, se tienen que prohibir los pagos con efectivo, e implementar sistemas para dar seguimiento al curso del dinero.
“Muerte civil a los corruptos, es decir, además de que se vayan a la cárcel y que devuelvan lo robado, que nunca más en su vida puedan volver a trabajar en el gobierno, quienes haya cometido un acto de corrupción”, advirtió al reiterar su apuesta por una Fiscalía General autónoma e independiente.
Sobre este tema, dejó en claro que sí meterá a la cárcel a los corruptos y que si él mismo incurriera en un acto de esa naturaleza pagaría las consecuencias.
También, aclaró, no le gustaría que el candidato del PRI declinara a favor de él, “porque quiero un gobierno de cambio”.
Antes de responder las preguntas de los estudiantes, centradas en los salarios, los ingresos de México, seguridad y la migración, aclaró que no quiere ser Presidente de México para administrar la mediocridad, sino para, junto con ellos, construir un cambio profundo que dé al país un gobierno honesto y de resultados en beneficio de la gente.
Sobre el caso de los 43 normalistas desaparecidos, aseveró que la prioridad es la verdad y no se debe descansar hasta encontrar al o los responsables, no obstante confiar que los estudiantes están vivos.
Reiteró que la reforma educativa ha sido mal implementada y que son más los buenos maestros que los malos.
A las preguntas del periodista Jorge Ramos, respondió que él no es continuidad, que no fue aliado de Peña, sino de México, que sí es un rebelde contra este sistema y que al país le urge el cambio que él representa, no a él ser presidente.
Sobre la forma en la que el candidato de Morena se refirió a él respecto a cuidar su cartera, respondió: “Me da pena ajena que alguien que aspira a ser presidente de comporte como bufón de pueblo”.
A su salida, Ricardo Anaya se tomó selfies con los asistentes, a quienes también abrazó y saludó. Nuevamente, recibió porras de apoyo y mensajes de respaldo a su propuesta y candidatura.