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Acostumbradas a las canonjías que les otorgaban los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), vía un abultado presupuesto para manejar a su antojo los programas de instancias infantiles sin que se transparentara el uso de los recursos públicos federales, beneficiarias del dinero de las estancias infantiles, ahora sí tomaron las calles para protestar por la reducción hecha para este rubro por parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Las manifestantes que callaron cuando la tragedia de la guardería ABC cobró la vida de niños por negligencia de los encargados de este lugar, el día de ayer salieron a manifestarse no por la inseguridad que se vive en el estado que administra la moderna gobernanza, sino porque en el Presupuesto de Egresos de la Federación, les será recortada la fuente de ingresos que a muchas de ellas les garantiza una vida muy superior a la de cualquier ciudadano común.
Al ver que se recortará de 4 mil millones a 2 mil millones de pesos lo que recibirá este programa, las beneficiarias priístas tomaron las calles de la capital para llegar al Congreso del Estado y exigir que sus privilegios sean respetados como los tenían cuando Mariana González Foullon era la delegada de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).
Mientras las beneficiadas del régimen anterior se inconformaban porque ya no habrá la misma cantidad de recursos, la delegada federal para los programas de desarrollo, Lorena Cuéllar Cisneros anunció que podría haber problemas este 1 de enero para operar debido a que la administración priísta dejó prácticamente todo subrogado hasta el 31 de diciembre, por lo que un día después se quedarán sin energía eléctrica, sin vehículos y hasta sin copias para lo más elemental.
Las quejosas incluso en las redes sociales, presumen costosos vehículos de lujo que habrían conseguido gracias a la operación de estas instancias infantiles que durante los regímenes del PRI y del PAN, más que en una ayuda a madres trabajadoras se convirtió en un negocio de quienes estaban cercanos a los políticos de estos partidos políticos opuestos al nuevo gobierno federal.