- Tlaxcala
Un intercambio de recordatorios maternos, chiflidos, gritos entre ciudadanos hartos de la moderna gobernanza y empleados conminados obligatoriamente a ir a la segunda visita del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a Tlaxcala, sería la expectativa de lo que podría pasar a mediodía de este viernes cuando el tabasqueño entregue a apoyos a beneficiarios de los programas federales que ha puesto en marcha su gobierno.
Trascendió que desde el gobierno de la continuidad ya entonaron las gargantas y practicaron los chiflidos con los que quieren recibir a la delegada federal, Lorena Cuéllar Cisneros cuando llegue al lado del presidente de México con el objetivo de hacerla quedar mal por la preocupación que ya causa en los diferentes grupos políticos el posicionamiento de más de 45 puntos de intención de voto que tiene la exsenadora a prácticamente dos años de la elección de 2021.
La invitación obligatoria para dejar sus labores dentro de la moderna gobernanza para acudir a rechiflar a Lorena Cuéllar, además tiene el propósito de que el inquilino de la Casa de Gobierno nuevamente no salga vapuleado por su impopularidad que marcan diversos sondeos aplicados a todos los gobernadores del país, por lo que las porras pagadas con el erario público serán una constante.
El otro grupo que se sabe lleva acarreados, sería el del añoso encargado de la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que también la hace de senador de la República, quien tendría a su grupo para hacer quedar mal a la delegada federal por los evidentes retrasos en la entrega de los programas sociales, situación que ha enfurecido a quienes no han recibido el dinero que en el gobierno anterior no tenían.
El resto de la gente sólo quiere ver a su presidente y como los sondeos descalifican el actual gobierno estatal, se esperan que sean naturales los abucheos al heredero impuesto por Mariano González Zarur.