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Está orientado a ofrecer servicios como telefonía móvil y fija, televisión abierta y por cable, radio e Internet

La industria de las telecomunicaciones en México ha presentado un gran crecimiento, convirtiéndose en el sector más favorable de la economía nacional en el 2016. Está orientado a ofrecer servicios como telefonía móvil y fija, televisión abierta y por cable, radio e Internet.

Mediante este sistema la sociedad mexicana impulsa su productividad y competitividad para elevar el índice de calidad de vida. Convirtiéndose en un país moderno y con vanguardia tecnológica al estar conectados a través de dispositivos móviles y laptops convertidas en herramientas de trabajo e Internet.

Este sector dispuesto por el Gobierno Federal y la empresa privada, se desarrolla para regular, optimizar y brindar servicios, así como abrir espacios para que compañías nacionales e internacionales puedan satisfacer las necesidades del mercado mexicano.

Lo que también propicia son oportunidades de trabajo para más ciudadanos. Sin embargo, es una realidad que no parece ser equitativa -refiriéndonos a la igualdad de géneros-. En México solo el 30% de los puestos de trabajo en la industria de telecomunicaciones son ocupados por mujeres.  

Según María Elena Estavillo, ex-comisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) es algo que no tiene que ver con la carencia de talento, sino se trata de un aspecto cultural, falta de apoyo institucional y los obstáculos que ponen las compañías. 

Esta situación ocasiona que las mujeres se alejen de carreras y puestos relacionados con las telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (TIC). De 2011 a 2017, el porcentaje de trabajadoras en estas áreas ha ido en declive. Aunque en los últimos trimestres llegó a recuperarse, no es suficiente para restablecer esta tendencia, según la presidenta de Conectadas, organización que busca mayor demanda de las mujeres en este sector.

De acuerdo con el estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): “Las mujeres en la gestión empresarial: Argumentos para un cambio”, recalca que las féminas están ampliando sus competencias en disciplinas con gran demanda como la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, sin embargo, los hombres siguen dominando estos ámbitos de estudio.

La investigación confirma un fenómeno llamado “la fuga de mujeres en el escalafón corporativo” que señala que cuanto más alto sea el nivel del puesto en una organización, habrá menor probabilidad de que una mujer lo ocupe.

Otros fenómenos encontrados son “las paredes de cristal” donde muestra la segregación profesional dentro de las funciones directivas en una empresa. Debido a que existe mayor concentración de mujeres en áreas funcionales como recursos humanos, finanzas, administración, marketing y ventas.

De acuerdo a esto, la OIT considera esencial que las organizaciones favorezcan la presencia de mujeres en disciplinas como la ingeniería y la tecnología, para así evitar la segregación por sexos desde edades tempranas y combatir una futura escasez de competencias.

Una de las estrategias para alcanzar una verdadera equidad laboral y enfrentar los problemas que experimenta una mujer al buscar trabajo, se considera necesario no colocar el sexo o fotografías adjuntas de la postulante en su solicitud de empleo. Este mecanismo ha sido difundido en diferentes países donde una gran cantidad de empresas comprometidas con la causa han decidido implementar estas normas como parámetros.

Sin embargo, el problema no es tan simple como parece. México integra la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el 2017 figuró entre los países con un alto índice de desigualdad laboral por género. Esto se debe a que un 60 % de mujeres trabajadoras carecían de protección social y derechos.

Mediante el estudio “Construir un México inclusivo: políticas y buena gobernanza para la igualdad de género 2017”, la organización indicó que un 47 % de las mexicanas realizaban actividades laborales. El promedio del listado de países de la OCDE registraba un 67 %. Asimismo, el país registró una brecha laboral de género de 35 %, lo cual lo posicionó en el primer lugar de la desigualdad.

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