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Mientras los policías municipales de Tlaltelulco, siguen esperando que se les otorgue el aguinaldo que por ley les corresponde y que debió ser entregado a más tardar el pasado 20 de diciembre, el presidente municipal Rubén Pluma Morales mejor conocido como el "alcalde Picapiedra", fue sorprendido en completo estado de ebriedad y tomando una siesta en horario laboral dentro de su oficina en la alcaldía.
El edil que fue sorprendido como un "angelito" tomando un sueño después de una importante ingesta de bebidas embriagantes, no ha cumplido con la entrega de aguinaldos a los elementos de la dirección de Seguridad Pública, mostrando así la poca importancia que le da a uno de los rubros que más importa a la población de la demarcación.
A pesar de que la presidencia municipal es un edificio público pagado con los impuestos de los ciudadanos de Tlaltelulco, el alcalde Picapiedra no dudó en utilizarlo como cantina para embriagarse y festejar por todo el dinero que logró bajar su hija María Félix Pluma Flores (diputada local) para el municipio y específicamente para que supuestamente pueda ser ejecutado por una de sus constructoras.
Testigos de la parranda que se puso presuntamente a costa del erario público, señalaron que no es la primera vez que el edil utiliza como cantina la presidencia municipal, ya que incluso de presume que en otras ocasiones han llegado hasta jóvenes de la vida galante para prestar sus servicios.
Personal que labora en la alcaldía, lamentó que para el edil sea más importante andar borracho que cumplir con sus obligaciones, argumentando que lo más lamentable es que ni siquiera pueden acudir al Congreso del Estado porque ahí se encuentra su hija María Félix Pluma como diputada local, lo que le garantiza impunidad ante todas las corruptelas en las que estaría incurriendo.
Aunque legalmente está muy protegido Pluma Morales, los quejosos adelantaron que ya sea que su hija o él participen nuevamente en un proceso electoral, buscarán que no obtengan una posición más al haber demostrado su ambición por servirse a costa de la población.
Incluso recomendaron que el municipe sea anexado en una institución para drogadictos y alcohólicos, ya que de todas maneras no hay gobierno en Tlaltelulco con el alcalde Picapiedra.