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En su calidad de expresidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Luis Ramírez Conde hizo un llamado a la dirigencia nacional del tricolor para que se realicen los cambios estatutarios de la dirigencia estatal de su partido y de esta manera, no siga al frente el actual encargado de la presidencia, quien es sabido que sirve a los intereses de sus llamados “amos”, el exgobernador, Mariano González Zarur y su hijo el “junior”, Mariano González Aguirre.
El exdirigente estatal, señaló que tras el descalabro que sufrió su partido en al contienda electoral federal y local pasada, ha habido reclamos por la pasividad con la que se ha conducido la dirigencia local en manos de Oscar Amador, quien es una especie de mayordomo al servicio de los intereses de los “Marianos” y que ha dejado ver el poco interés que se tiene en la militancia tricolor, situación que avizora un panorama complejo para el otrora “partidazo”.
Ramírez Conde lamentó que después de la derrota que sufrieron en el proceso electoral pasado, no haya habido un posicionamiento al respecto, confirmando así que no existe una representación real del PRI en manos del marianismo, por lo que calificó como urgente que la dirigencia nacional tome cartas en el asunto y se enfoque en la renovación del CDE.
Según el exdiputado local, esta actitud asumida por la dirigencia en manos de Oscar Amador, es muestra del menosprecio y falta de respeto hacía la militancia, situación que sería una de las causas por las que el tricolor no logró los resultados esperados a pesar de que eran quienes tenían el gobierno local antes de la llegada de la 4T.
Y es que el exlíder priísta, destacó que, aunque ha habido traiciones, sinvergüenzas y convenencieros, la salida de las filas del PRI de varios militantes, también se debe al abandono en el que se encuentra la militancia por el poco interés mostrado por la actual presidencia del partido en Tlaxcala.
Además de que aseguró que, pese a que las alianzas son una opción para encarar los comicios electorales, las candidaturas deben de recaer en los mejores cuadros y que no sean una moneda de cambio para mantener a otros institutos políticos en una coalición, dejando a un lado a la militancia y así sólo lograr malos resultados como los que se obtuvieron en los comicios pasados.