- Política
Luego de que terminaran los trabajos de la revocación de mandato y ante la carencia de un liderazgo en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la estructura del partido en el poder local y federal es utilizada por intereses oscuros (dijera un destacado panista vuelto morenista), para espiar las asambleas que realizan los movimientos políticos que buscan convertirse en partidos políticos locales.
A través de los coordinadores de zona, la instrucción para cada uno de los secciónales es que acudan a las asambleas que realizan quienes desean constituir un partido político, buscando así generar hostigamiento hacia diferentes actores políticos.
Para ello, los espías deberán hacer un formato en el que se diga el nombre del municipio, partido que se pretende hacer, dirección del lugar, quienes son los representantes, hora de inicio y terminó; así como el número de asistentes.
Además de que deberán otorgar la ubicación del evento acompañado de fotos, así como informar si hubo alguna incidencia durante la asamblea.
Es así que Morena de ser un partido en la cumbre del poder pero con una estructura raquítica que sólo le deben su arrastre a figuras como la de Andrés Manuel López Obrador y Lorena Cuéllar Cisneros, ahora son una agencia de espionaje de partidos pequeños que se buscan constituir y que en teoría no debería causarles mayor preocupación.
El miedo es debido a que los resultados que se han obtenido es gracias a las figuras de caudillos en el ámbito nacional y estatal, y no por el trabajo de la dirigencia o porque haya una verdadera estructura de partido como sí la tienen en el tricolor y en menor medida en el albiazul.