- Salud
Familiares de una persona que murió en días pasados por impactos de bala en el municipio de Calpulalpan, afirmaron que los datos que proporcionó el titular de la Secretaría de Salud (SESA), Rigoberto Zamudio Meneses el pasado martes son erróneos, ya que una de las circunstancias por las que el agredido perdió la vida fue derivado de que no había medicamentos ni materiales para atenderlo y que incluso se buscó realizar un traslado sin éxito porque los demás nosocomios del estado se encuentran en la misma situación.
Fue hace un par de días que el apodado doctor muerte, dijo en una entrevista que en los 12 hospitales y más de 200 centros de salud hay un porcentaje del 72 por ciento de abastecimiento de medicamentos, número que también contrastó con lo que se mencionó en la conferencia mañanera del gobierno federal en donde el número fue peor, ya que las autoridades federales dijeron que se trataba del 87 por ciento del abasto de medicamentos.
El problema es tan grave que personal que labora en el Hospital General de Calpulalpan, afirmó que la muerte de la persona baleada se derivó de que no tienen ni siquiera suturas en el nosocomio ni electrodos para que fuera monitoreado, por lo que se les tuvo que dar la receta para que la surtieran las familias, sin embargo, no encontraron lo necesario en la demarcación de la zona poniente.
Fue entonces que se pensó en que se realizara un traslado hacía otro hospital del estado, no obstante, buscaron hacerlo, pero los nosocomios restantes se encuentran en la misma situación, por lo que pereció la persona, todo por la ausencia del material indispensable que el transa secretario de Salud asegura que si hay.
Esto no es asunto nuevo, ya que prácticamente llevan meses en la misma situación y es un hecho que el titular de la SESA, le esta mintiendo a la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros como se ha vuelto una costumbre de los secretarios hacía la mandataria.
Lo peor del caso es que fueron cerca de 60 millones de pesos en compra de medicamentos que finalmente fueron tirados a la basura porque se les caducaron en las bodegas de la SESA, situación similar a lo que pasaba en los gobiernos priístas por las corruptelas de los secretarios en turno que hacen negocios millonarios con estas compras, muestra de ello es Rigoberto Zamudio que tiene las uñas tan largas como la lengua.