• Política
  • Emilio Piedras
La marcha en la entidad pasó desapercibida

De los 60 municipios de Tlaxcala solo uno registró la marcha en contra de la reforma electoral del INE, la mañana de este domingo 13 de noviembre. 200 personas y una veintena de pancartas con la leyenda: #ElIneNoSeToca fue el resultado del desalentado ejercicio político disfrazado de "ciudadano".

Con mucho desánimo y nulo compromiso social hacia la autoridad electoral el minúsculo grupo comandado por Juan Manuel Cambrón Soria, Blanca Águila y la recién estrenada líder priísta Anabell Ávalos Zempoalteca, desfilaron por las calles céntricas de la ciudad capital hasta llegar hasta el recinto legislativo local.

A diferencia de otras entidades como en la Ciudad de México donde se habla de varios cientos de miles de manifestantes, Tlaxcala una vez más demostró su total subordinación al promotor de dicha reforma, Andrés Manuel López Obrador.

La débil convocatoria de este evento difícilmente le preocupará a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros pero más allá de eso, se demuestra la falta de líderes de causas ciudadanas.

Por ejemplo  cómo creer en la legitimidad de los convocantes si por lo menos en 10 ocasiones Juan Manuel Cambrón ha contribuido formalmente a cuestionar las resoluciones de los consejos local y distritales de dicho INE (antes IFE). Cómo entender que quien portaba una de esas pancartas: #ConElIneNadieSeMete si en 2012, Anabell Ávalos Zempoalteca, en su calidad de candidata a Senadora dudando de su profesionalismo arremetió contra ellos por lo menos con 2 apelaciones cuando sus órganos colegiados sancionaron a su partidazo por infringir la normalidad electoral.

¿Cómo creerle que está a favor de la defensa del principio rector de legalidad del organismo si en 2013 les reclamó por la vía legal por haberle revocado una convocatoria chueca, cuando en su calidad de dirigente con licencia intentó colocar otra diligencia a modo, sin tomar en cuenta a su militancia?. Bien por las marchas de la oposición para defender causas ciudadanas pero mal por la ausencia de líderes legítimos. 

Bien por Blanca Aguila por mimetizarse  en el espíritu de José Woldemberg a la hora de gritar por la defensa de la certeza y objetividad del órgano autónomo pero mal cuando se le documenta que en más de 5 ocasiones, desde su paso por el ayuntamiento ha violado sistemáticamente la Ley electoral desde no tomarle la protesta a un regidor, o como hoy, que se burla del sistema electoral al ser dirigente sindical y ocupar un cargo de elección popular.

Ese es el tamaño de los "lideres" de oposición. La menos preocupada debe ser la gobernadora del estado.

Tags: