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El Secretario de Medio Ambiente, Luis Antonio Ramírez Hernández, se da sus dotes de galán como funcionario de primer nivel, sin embargo, no está dispuesto a otorgarle la pensión alimenticia a su hijo y los gastos médicos a su esposa Tania Vianey Rodríguez González.
El “chingaquedito” como le dicen al interior de la dependencia, no ha dado la cara a las autoridades desde que le notificaron que arrastra dos procesos legales: por amenazas de muerte y violencia intrafamiliar.
Se presume que la tarde de ayer, el secretario ejecutivo de derechos humanos, “licenciado Jaime”, fue testigo de que el Poder Judicial ya realizó la diligencia ordenada por un juez y se entregó el documento a Recursos Humanos del Gobierno del Estado para que se ejecuten los descuentos correspondientes al funcionario de medio pelo.
El lunes se informó que a este medio hicieron llegar imágenes de la femenina con golpes en los brazos y de las denuncias penales presentadas en Morelos contra del funcionario que se da aires de “gran operador político”.
Es lamentable que el gobierno estatal pregone la protección y combate a la violencia contra las mujeres, cuando entre sus funcionarios existe un personaje que ejecuta actos que contradicen los principios de la administración estatal.