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  • Pedro Sierra
La nueva unidad del IPN en Tlaxcala está plagada de irregularidades solapadas por el director Edgar Alfredo Portilla Flores

A través de redes sociales se ha hecho de conocimiento que Edgar Alfredo Portilla Flores, director de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Tlaxcala ha favorecido sus intereses personales sobre el desarrollo de la novel institución de educación superior en el estado.

Desde contrataciones arbitrarias de personal que no cumple con el perfil académico, hasta casos de acoso, son el tema diario entre los pasillos de alumnos y profesores que asisten a esta unidad del Instituto Politécnico Nacional que fue anunciada con bombo y platillo por el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.

De acuerdo a denuncias realizadas los exámenes de aptitudes para contratar profesores, fueron presionados por parte del director para aceptar a su esposa María Bárbara Calva Yáñez sin haber demostrado suficiencia en los temas a exponer. Aunado a esto María Bárbara Calva fue nombrada Jefa del Departamento de Informática a pesar de sus deficiencias.

Entre otras contrataciones en las que el director Edgar Alfredo Portilla ha impuesto sus intereses personales, se señala a David Alejandro Hernández Gutiérrez, Martina Sánchez Gutiérrez y Fanny Sandra de León Ramírez; quienes tienen vínculos familiares y de amistad con el director y quienes simplemente cobran sus salarios o hacen uso de prestaciones como los permisos de maternidad a costa del erario.

Se comenta también que la subdirectora de Servicios Educativos, Katy Barba de Sales no tiene otro mérito ni experiencia en el puesto que ser amiga incondicional de María Bárbara Calva Yáñez, esposa del director.

Otra constante es la actitud prepotente del director quien acusa a personal y alumnos sobre la vestimenta con la que se presentan en la institución, pues según él es “indecente”; siendo que parte de la libertad del IPN no impone ningún código de vestimenta. Además de ello, se han señalado casos de acoso sexual a trabajadoras y alumnas, con comentarios y miradas que vulneran su dignidad.

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