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  • Adolfo Tenahua Ramos
El Congreso debe fijar una postura que marque un distanciamiento entre los principios éticos de la institución y el actuar de la diputada Alejandra Ramirez.

A cinco días de la agresión en contra de Laura N., el Congreso del Estado de Tlaxcala no ha fijado una postura sobre el actuar de la diputada del PAC, Alejandra Ramírez Ortiz, quien el pasado martes 10 de octubre privó de su libertad, golpeó, insultó y amenazó a Laura N., una docente de la facultad de filosofía y letras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) por haber interpuesto una demanda por pensión alimenticia en contra de su ex pareja Enrique Fernández Sánchez, actual esposo de la diputada local. 

"El silencio puede ser interpretado como una complicidad y no contribuye a mantener la confianza pública en la integridad de la institución", ha mencionado la ex diputada y ahora activista de derechos humanos, Erendira Jiménez Montiel, quien acompaña el caso de Laura N., junto con la abogada Yeny Charrez Carlos. 

"Es esencial el pronunciamiento público de las diputadas presidentas de la junta de coordinación y concertación política y de la Mesa Directiva que consideren hacer con respecto a los hechos ocurridos de la diputada Alejandra Ramirez en contra de Laura y tomen medidas adecuadas", menciona Erendira Jiménez a través de un vídeo publicado en sus redes sociales. 

La también ex candidata al gobierno del estado mencionó que el Congreso debe fijar una postura que marque un distanciamiento entre los principios éticos de la institución y el actuar de la diputada Alejandra Ramirez en un acto que no sólo reprodujo la violencia contra la mujer sino que descubre un esquema patriarcal y machista naturalizado en la diputada del PAC que llegó a la curul en alianza con el PRD.

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