• Apizaco
  • Adolfo Tenahua Ramos
Protagonizó una riña diciendo que es “el dueño de ese chiquero” y que cuenta con el apoyo del edil para hacer lo que quiera.

Adolfo Méndez, compadre del alcalde de Apizaco Javier Rivera Bonilla fue el protagonista de un violento altercado en el mercado 12 de mayo la noche del 28 de octubre, alrededor de las 21:00 horas.

Según testigos, Méndez y sus agremiados generaron un desorden significativo en el mercado de temporada, disputando espacios que, según él, pertenecen a su administración.

Este conflicto surge en el contexto de que algunos comerciantes fueron despojados de lugares que previamente se les habían prometido durante la campaña electoral a manos de Rivera Bonilla.

Se ha señalado que Méndez actúa con total impunidad en la gestión de los comercios del mercado, justificando su comportamiento al afirmar que el alcalde apizaquense le debe su puesto y, por lo tanto, no puede reclamarle nada.

 Esta situación ha generado un clima de tensión entre los comerciantes, quienes se sienten desprotegidos y vulnerables ante las decisiones de Méndez.

El incidente ha puesto de manifiesto las disputas internas en el mercado y ha suscitado preocupación entre los vendedores, quienes piden una intervención adecuada de las autoridades para garantizar un ambiente de comercio justo y equitativo.

A través de un video que circula en redes sociales, el compadre del edil morenista se muestra prepotente, autoritario, y se burla del resto de los comerciantes afirmando que tiene influencias en el ayuntamiento, y que su poder sobrepasa todos los niveles, por lo que se ha adueñado de espacios que no le corresponden, extendiéndose más de lo permitido y afectando al resto de los mayoristas.

Incluso se ha autoproclamado el “dueño de este chiquero” haciendo alusión al mercado 12 de mayo, en el que con la complacencia y protección del alcalde ha cometido atropellos en contra de los locatarios, quienes sienten por el animadversión y le ha generado burlas, agresiones verbales, convirtiendo el mercado en una verdadera batalla campal.

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