• Xiloxoxtla
  • Adolfo Tenahua Ramos
Antes echaba pestes de la 4T y ahora dice que no va a robar y no mentirá al pueblo; aunque sus reuniones chaqueteras demuestran lo contrario.

Yazmín Jiménez Rugerio, presidenta municipal de Xiloxoxtla, ha desatado una ola de críticas tras su sorpresivo cambio de afiliación política. 

La alcaldesa, quien llegó al cargo  bajo las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), decidió unirse a las filas de Morena, el partido que actualmente gobierna a nivel federal y estatal.

 Este giro político, que muchos han calificado de oportunista, ha generado un fuerte rechazo entre sus antiguos simpatizantes y militantes del PRI, quienes la acusan de "traidora" y de actuar movida únicamente por intereses personales.

Jiménez Rugerio, quien en su campaña electoral se presentó como una crítica feroz del gobierno priista y de las políticas del oficialismo, ha dado un giro de 180 grados al abrazar ahora la causa de la presidenta Claudia Sheinbaum.

En su momento, la entonces candidata del PRI no dudó en despotricar contra el gobierno y sus funcionarios, acusándolos de corrupción y de no atender las necesidades de los ciudadanos de Xiloxoxtla. 

Sin embargo, ahora se presenta como parte de una administración que, en sus palabras, busca "transformar el país y mejorar las condiciones de vida de los mexicanos".

Este cambio de partido ha causado controversia entre los habitantes de Xiloxoxtla, quienes sienten que la alcaldesa ha abandonado sus principios y, lo que es peor, ha utilizado su posición para asegurar su futuro político. 

La decisión de Jiménez Rugerio también ha sido mal recibida por algunos de sus ex compañeros del PRI, quienes lamentan su salida y señalan que se ha sumado a Morena en busca de beneficios políticos y actuando de manera desleal y hambreada por mantenerse en el poder.

En un clima político marcado por los intereses personales y las alianzas estratégicas, el caso de Yazmín Jiménez Rugerio es un ejemplo claro de cómo la política en Tlaxcala, y en muchas partes del país, sigue siendo un terreno donde las decisiones se toman en función de conveniencias y no necesariamente de ideales.