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  • Adolfo Tenahua Ramos
Está tan viejo el objeto móvil que en pleno desfile se le chisparon las llantas y el COBAT fue motivo de burlas y rechiflas, porque simplemente hicieron el ridículo.

Eso de la austeridad republicana es un pretexto que está utilizando el pastor poblano para explotar a los estudiantes del Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala (COBAT).

En pleno 20 de noviembre cuando se recuerda la valentía de los mexicanos que lucharon para terminar con la esclavitud, el director del subsistema, José Alonso Trujillo Domínguez, ordenó que un grupo de por lo menos siete estudiantes jalaran un carrito viejo adaptado para audio.

Está tan viejo el objeto móvil que en pleno desfile se le chisparon las llantas y el COBAT fue motivo de burlas y rechiflas, porque simplemente hicieron el ridículo.

Pero la culpa no es de la comunidad estudiantil, sino del tacaño y tracala director que se negó a contratar un vehículo por ahorrase unos pesos y no precisamente para darle mantenimiento a las aulas, sino para sus bolsillos.

Es tan pichate que prefiere comer tacos en la calle para no pagar en una fonda la renta de la silla. El trabajo que está realizando deja mucho que desear, lo mejor es que siga en Puebla leyendo su libro para pasarle la charola a sus ovejas que permiten el crecimiento de sus cuentas bancarias.

Lo lamentable es que tlaxcala ya está sirviendo de banco para que este “pastor”, sino pregúntele a los estudiantes que hicieron el ridículo en pleno desfile.

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