- Educación
El Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Tlaxcala (CECyTE) atraviesa una serie de cuestionamientos en cuanto a su administración, bajo la dirección de Norberto Cervantes Contreras.
Aunque se le reconoce por su habilidad para ofrecer conferencias y fomentar el dinamismo en las actividades institucionales, como en sus sesiones de baile con docentes y administrativos, su desempeño en áreas cruciales como la gestión administrativa y la resolución de trámites ha sido señalada como deficiente.
En el ámbito administrativo, se ha señalado que Cervantes ha provocado la salida de al menos cuatro directores de Administración y Finanzas, quienes, según fuentes internas, fueron despedidos por negarse a realizar ciertos trámites con proveedores del CECyTE.
La acusación más recurrente hacia el directivo es su desconocimiento en estos procesos esenciales, lo que ha generado desorganización y frustración en los colaboradores.
Además, algunos trabajadores han denunciado actitudes discriminatorias en el trato del director, destacando su trato hostil hacia el personal masculino, mientras que con las mujeres parece mostrar preferencias.
Este comportamiento ha causado malestar entre los empleados, quienes consideran que el ambiente laboral se ve afectado por estas diferencias de trato.
Otro personaje que ha generado controversia en la institución es el de Rubén González Cruz, Secretario Técnico del CECyTE, quien ha sido señalado por su conducta despectiva hacia el personal, así como por el uso indebido de recursos institucionales.
Según denuncias internas, González Cruz utiliza una camioneta oficial para fines personales y tiene actitudes prepotentes que han provocado un ambiente de trabajo tóxico.
Su relación con Cervantes ha sido descrita como de total protección, a pesar de las quejas sobre su comportamiento.
Por otro lado, los empleados también criticaron el regreso de Joel Bonilla Gómez como Director Jurídico el cual ha sido igualmente polémico. A pesar de ser presuntamente protegido por su vínculo con la gobernadora del estado, Bonilla Gómez ha sido acusado de desinteresarse por los temas relevantes de la institución, como la resolución de laudos laborales.
En lugar de cumplir con sus responsabilidades, se le ha señalado por hostigar a su personal y generar un ambiente de trabajo opresivo, llegando incluso a prohibir que los empleados coman o hagan ruido en su oficina.
Además, ha sido criticado por su actitud superficial, centrándose más en posar para fotos que en resolver los problemas que afectan a la institución.
Finalmente, un tema que no ha pasado desapercibido es la falta de respuesta ante los oficios enviados por el despacho de la gobernadora, los cuales solicitan la baja del personal directivo.
Los empleados se preguntan por qué estas indicaciones no se acatan, cuestionando si existen intereses personales o miedo a represalias que impiden una gestión eficiente y transparente.
Los últimos movimientos administrativos también han levantado sospechas, como el ascenso de un contralor interno de contrato a personal de confianza, con el nuevo cargo de Coordinador Académico, lo que ha generado dudas sobre la transparencia en las decisiones de nombramientos y la correcta administración de recursos.
Estos hechos han puesto en evidencia una serie de irregularidades que requieren atención urgente por parte de las autoridades educativas.