• Educación
  • Luis Castillo
La situación ha puesto en evidencia la necesidad urgente de tomar medidas para investigar a fondo estas acusaciones y poner un alto a la corrupción y al acoso laboral dentro del sistema educativo.

Un nuevo escándalo ha sacudido al Colegio de Bachilleres de Tlaxcala (COBAT), luego de que surgieran presuntas denuncias  contra Ventura Sánchez Gonzaga, Subdirector del plantel 1, por su desempeño y conducta inapropiada al frente de la institución. 

Y es que tras su salida de la Secretaría de Bienestar el flamante funcionarillo logró acomodarse en el COBAT, pero sigue haciendo de las suyas y ha sido acusado de llevar a cabo las mismas practicas de supuesto acoso sexual y no cumplir su horario laboral.

Cabe recordar que el funcionarillo en su paso por la Secretaría de Bienestar se le acusó de haber utilizado su cargo para beneficiarse a sí mismo y a su círculo cercano, incluyendo a familiares y amigos, a quienes habría proporcionado acceso indebido a vehículos oficiales para fines personales.

Las acusaciones no se limitaron solo a uso indebido de recursos públicos, sino que también incluyeron acoso sexual y un comportamiento irresponsable, lo que finalmente resultó en su despido de esa dependencia. 

Sin embargo, a pesar de esos graves señalamientos, Sánchez Gonzaga consiguió colocarse en el Colegio de Bachilleres donde ha formado una alianza con Ruperto González y Benito Ramiro Galvis Leal, ambos coordinadores de zona de los COBAT en Tlaxcala.

Juntos, habrían fomentado un ambiente de acoso y hostigamiento laboral en el plantel, especialmente contra maestras y personal administrativo. 

Además de que los personajes no cumplen con su horario laboral, toda vez que se les ha visto salirse del plantel para ir a diferentes lugares en donde se les habría captado ingerir bebidas embriagantes.

Las denuncias también  indican que condicionan las cargas horarias, haciendo propuestas incómodas a las docentes y creando un entorno de impunidad y privilegios para los involucrados, quienes parecen actuar sin temor a las consecuencias.
Este clima de abuso de poder ha generado un fuerte malestar entre los docentes del COBAT, quienes se han mostrado cansados de las prácticas de acoso y la falta de transparencia en la gestión de los recursos. Las quejas son cada vez más frecuentes, con las trabajadoras del plantel denunciando tanto el mal trato como la constante presión por parte de los responsables de la administración.

La situación ha puesto en evidencia la necesidad urgente de tomar medidas para investigar a fondo estas acusaciones y poner un alto a la corrupción y al acoso laboral dentro del sistema educativo.

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