- Mazatecochco
En un acto que ha generado indignación, el presidente municipal de Mazatecochco Emilio González Cortés convirtió la presidencia municipal en un espacio para el ocio, en lugar de para el servicio público, junto con varios de sus regidores, quienes acompañaron al alcalde en una sesión de consumo de bebidas alcohólicas antes de realizar el tradicional encendido del árbol de Navidad.
De acuerdo con testigos, el alcalde ha mostrado una creciente dependencia al consumo de bebidas embriagantes durante todo el día, situación que lo ha llevado a comportarse de manera altanera y prepotente tanto con los ciudadanos que se han acercado al ayuntamiento como con aquellos que lo han confrontado en la vía pública para exigirle resultados en temas de seguridad y bienestar comunitario.
Este comportamiento ha generado molestia y preocupación entre los habitantes, quienes han expresado su descontento por la falta de liderazgo y atención a sus necesidades urgentes.
Pese a las advertencias de algunos vecinos, quienes le han señalado que el consumo de alcohol no es compatible con la responsabilidad de gobernar, el alcalde ha mostrado desinterés por corregir su actitud. De hecho, se ha enfrentado a quienes lo critican, respondiendo de manera agresiva y manifestando que él es el que manda en el municipio, sugiriendo a quienes no estén conformes con su gestión que "se pueden ir". Este tipo de respuestas no solo evidencian su falta de profesionalismo, sino que también reflejan una actitud autoritaria y poco receptiva a las demandas de la población.
Lo que más ha indignado a los habitantes de Mazatecochco es el comportamiento del alcalde durante la entrega de dulceros a los niños en el evento navideño. Testigos aseguran que Emilio González Cortés se encontraba en evidente estado de ebriedad, con un fuerte olor a vino, y a pesar de su condición, decidió continuar con su tarea de entregar los dulceros personalmente a los menores de edad.
Este acto ha sido percibido como un pésimo ejemplo de lo que debe representar una autoridad, especialmente en un evento destinado a los niños.
El comportamiento del alcalde y de varios de los miembros de su cabildo, quienes lo acompañaron en esta jornada de parranda en la presidencia municipal a altas horas de la noche, ha desatado el repudio de la comunidad.
Los habitantes esperan que las autoridades competentes intervengan para garantizar que se respeten los principios de ética, responsabilidad y profesionalismo que deben guiar a quienes tienen el deber de servir a la comunidad.