- Tlaxcala
En lo que se suponía que era una rueda de prensa para dar a conocer la convocatoria para renovar la mesa directiva de la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala (UPET) se convirtió en una acalorada discusión entre Moisés Morales del Razo, Pablo Morales Cruz y Diana Zempoalteca.
Entre los dimes y diretes hay quienes creen que hay cosas oscuras que esconde el primero y el segundo, ya que en el intercambio de palabras dejaron entre ver que si hablan revelarían movimientos chuecos que le han escondido al gremio.
Ante los medios Pablo encara a Moisés, “No me digas que hable porque vamos a quedar mal, vamos a quedar mal, ¿quieres que hable?”.
Además, dijo que antes de la convocatoria hubo posible intento de pactar el favoritismo a favor Diana Zempoalteca, “Tu querías que habláramos de Diana porque tú me lo pediste en el restaurante, por favor, yo no estoy equivocado, tú me hablaste porque querías impulsar a Diana, por eso, ¿quieres que lo diga?, a ver permíteme, tu querías que nos reuniéramos para impulsar a Diana, yo no estuve de acuerdo, punto”.
La tensión se desbordó cuando se anunció la conformación de una comisión observadora para vigilar el proceso electoral, la cual está compuesta por ex presidentes de la UPET.
Sin embargo, Morales del Razo, quien no fue invitado a formar parte de dicha comisión, cuestionó la legitimidad de la convocatoria, calificándola de amañada y presentada a destiempo.
La discusión entre los periodistas de ambos grupos evidenció la división interna dentro de la organización, que según algunos, está más centrada en intereses personales y económicos que en el bienestar del gremio.
Se destacó que, durante sus respectivos periodos, tanto Pablo Morales como Moisés Morales del Razo no cumplieron con las expectativas de transparencia y liderazgo que se esperan de la UPET.
Y es que en meses pasados Pablo Morales fue evidenciado por pedir dinero a diputados para un viaje personal, disfrazado como un acto profesional, mientras que Morales del Razo en su momento, fue señalado por su falta de acción durante su mandato, siendo descrito como opaco e indiferente.
Este enfrentamiento público ha dejado en claro que ambos grupos están más enfocados en satisfacer sus intereses particulares que en fortalecer la unidad del gremio periodístico. La situación también refleja la falta de respeto hacia los estatutos de la organización, lo que ha provocado que el ambiente dentro de la UPET se vuelva cada vez más tenso y dividido.
El proceso electoral de la UPET continúa, pero este conflicto ha generado preocupación entre los periodistas que buscan una renovación que impulse a la organización hacia un verdadero ejercicio democrático y en beneficio de todos sus agremiados y no sólo de aquellos que han llegado a la presidencia durante muchos años a satisfacer sus intereses personales y dejando a un lado la verdadera defensa de los derechos de los periodistas.