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José Luis Garrido Cruz, titular de la Delegación Federal de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en Tlaxcala, de manera vergonzosa presumió su participación en la lucha contra el analfabetismo en el estado, y olvidó por un momento su vinculación con centros nudistas en el pasado.
Recientemente, Garrido celebró la firma de un convenio de colaboración entre el gobierno del estado y el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), denominado “Tlaxcala escribe una Nueva Historia en la Alfabetización”.
Este acuerdo tiene como objetivo erradicar el analfabetismo en la entidad y alcanzar el distintivo de “Bandera Blanca”, lo que significa una significativa mejora en los índices de alfabetización.
Sin embargo, mientras Garrido se da golpes de pecho afirmando trabajar a favor de la educación, los ciudadanos no olvidan sus polémicas visitas a centros nudistas, lo que ha generado críticas sobre su autenticidad al abordar los problemas educativos del estado.
Este episodio refleja una dicotomía entre los esfuerzos oficiales por avanzar en la alfabetización y la necesidad de que los funcionarios públicos mantengan coherencia entre sus acciones y su historial personal para ganar la confianza de la población, ya que sus acciones personales dejan mucho que desear y critican brutalmente su desempeño como funcionarios, el cual no se conduce bajo las reglas de ética y responsabilidad que deben.