• Seguridad
  • Luis Castillo
También presumió ser primo de un diputado local de Morena, como si eso fuera una carta de inmunidad para librarse del problema.

Lo que ocurrió la madrugada de este sábado sobre la carretera Apizaco-Chiautempan no solo fue un accidente vial: fue una muestra más de cómo algunos personajes en Tlaxcala se creen intocables, protegidos por sus nexos políticos y su falsa autoridad.

Aproximadamente a las 2:00 de la mañana, un aparatoso choque paralizó la circulación cerca del panteón municipal de Santa Ana. El responsable: un Ford Focus rojo conducido por Jorge Fernando “N”, quien bajo evidentes efectos del alcohol, se atrevió no solo a conducir en sentido contrario, sino a identificarse falsamente como “director de El Sol de Tlaxcala”, usurpando funciones y engañando a la autoridad, en un claro intento de evitar las consecuencias legales de sus actos.

Pero eso no fue todo. También presumió ser primo de un diputado local de Morena, como si eso fuera una carta de inmunidad para librarse del problema. Su actitud prepotente, beligerante y desafiante hacia los elementos de seguridad solo confirmó el perfil de alguien acostumbrado a operar con impunidad, creyéndose por encima de la ley.

El choque contra una Volkswagen Pointer Guayín provocó daños materiales de consideración y lesiones en los involucrados. A pesar de ello, el sujeto —ex secretario del Ayuntamiento de Santa Cruz y quien también se ostentó como “director del COBAT 12” sin comprobación inmediata— intentó evitar su aseguramiento con amenazas veladas y mentiras descaradas.

No es solo un caso de conducción irresponsable: es el reflejo de una cultura de impunidad alimentada por la arrogancia, la simulación y el compadrazgo.

Tlaxcala merece ciudadanos responsables, no figurines borrachos jugando a ser lo que no son, poniendo en riesgo vidas ajenas y ensuciando el nombre de medios y cargos que nunca ostentaron.

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