- Política
Mientras los habitantes de San Pablo del Monte viven en constante zozobra ante el aumento de hechos violentos y recientes intentos de linchamiento, la diputada del distrito XV, Ana Bertha Mastranzo Corona, permanece en un silencio que ofende y preocupa.
Su falta de pronunciamiento ante la crisis de inseguridad que atraviesa la demarcación que representa es una muestra alarmante de desinterés e irresponsabilidad política.
Lejos de asumir su papel como representante popular, Mastranzo Corona parece más ocupada en eventos sociales y celebraciones, como el Día del Niño, que en enfrentar la urgente problemática de violencia e impunidad que afecta a sus representados. Su actitud opaca y ausente contrasta con el clamor ciudadano que exige respuestas, acciones concretas y coordinación con otras instancias para frenar el clima de inseguridad.
Resulta inadmisible que, en un contexto donde la población recurre incluso a la justicia por propia mano ante la ineficiencia de las autoridades, la diputada permanezca indiferente, sin emitir una postura clara, sin impulsar iniciativas, y sin brindar posibles soluciones.
San Pablo del Monte no necesita representantes decorativos; necesita servidores públicos comprometidos con la seguridad, la justicia y el bienestar colectivo.
El mutismo y la apatía de Ana Bertha Mastranzo Corona son, hoy por hoy, una afrenta directa a la ciudadanía, que confío en ella para dar resultados, pero en los hechos ha sido la legisladora más gris y torpe que ha tenido el distrito XV.