• Municipios
  • Adolfo Tenshua Ramos
El ayuntamiento dijo que enviaría pipas “hasta que se restablezca el pozo”, pero nadie sabe cuándo será eso.

Mientras cientos de familias en San José La Lagua sobreviven sin agua potable, la presidenta municipal Elena Macías Díaz permanece escondida tras las puertas de su oficina, sin dar la cara, sin resolver nada, y burlándose del sufrimiento de su pueblo.

Las lluvias recientes colapsaron el sistema de agua potable, dejando a toda la comunidad sin acceso al líquido vital, y lo único que ofreció la alcaldesa fue una promesa vacía: “Les mandaremos pipas”… Una frase hueca que solo sirvió para calmar ánimos, no para llenar tinacos.

Pero el colmo llegó cuando los vecinos, desesperados y hartos, acudieron directamente al ayuntamiento para exigir explicaciones pero recibieron el portazo en la cara. Nadie los atendió. Ni la presidenta, ni sus regidores, ni un solo funcionario tuvo el valor de enfrentar al pueblo que dicen gobernar.

“Elena Macías prefiere esconderse que afrontar la realidad. Nos deja sin agua, sin respuestas y sin respeto. ¿Para esto votamos?”, expresó indignado un padre de familia que lleva cinco días sin poder bañar a sus hijos.

La situación en San José La Lagua es insostenible: niños sin agua para beber, adultos mayores expuestos a enfermedades, familias enteras cargando cubetas desde kilómetros. Y mientras tanto, la alcaldesa brilla por su ausencia, como si gobernar fuera un favor y no una obligación.

El ayuntamiento dijo que enviaría pipas “hasta que se restablezca el pozo”, pero nadie sabe cuándo será eso, ni cuántas pipas realmente están funcionando. Lo que sí saben los pobladores es que la indiferencia y el abandono se han convertido en la política oficial del gobierno de Elena Macías.

Por si fuera poco acusaron que personal de la presidenta trata a los ciudadanos con actos intimidatorios y abusa de la gente con actitudes despectivas.

Esta crisis no es solo una falla administrativa, es una muestra brutal de desprecio por la gente, por sus necesidades y por la dignidad humana, la presidenta ha abandonado a su suerte a sus gobernados, a aquellos que confiaron en ella para obtener una mejor calidad de vida, y en los hechos los ha marginado y olvidado.

Tags: