- Educación
El secretario de Educación Pública del Estado (SEPE) Homero Meneses Hernández informo que Tlaxcala enfrenta una realidad preocupante: el sobrepeso infantil sigue siendo un problema de salud pública y por primera vez, las niñas están mostrando un aumento notable en esta condición. Aunque las estrategias como brigadas escolares de salud y la eliminación de comida chatarra están dando resultados, los beneficios de estas acciones se verán a largo plazo.
Los datos más recientes revelan una situación diagnóstica que, aunque esperada en términos generales, llama la atención por un nuevo giro: el incremento sostenido de sobrepeso en niñas. Tradicionalmente esta condición se registraba con mayor frecuencia en niños; sin embargo, esa tendencia se ha modificado, encendiendo las alertas entre autoridades de salud y educación.
Una de las medidas que ha comenzado a mostrar impacto es la implementación del uniforme único, que permite que las niñas dejen de usar falda y puedan brincar, correr y jugar libremente, como se espera a su edad. Esta modificación, aunque aparentemente menor, ha tenido un efecto positivo al fomentar una mayor actividad física entre las niñas.
Homero Meneses Hernández, destacó que el enfoque integral del gobierno estatal busca no solo frenar el avance del sobrepeso, sino transformar el entorno escolar en un espacio que promueva estilos de vida saludables. Señaló que el cambio de uniforme es solo una parte de una política educativa más amplia que incluye contenidos curriculares enfocados en el bienestar físico, mental y nutricional, así como la capacitación constante del personal docente en temas de salud preventiva.
“Estamos convencidos de que la educación y la salud no pueden ir separadas. Desde las aulas podemos hacer una gran diferencia en la vida de nuestras niñas y niños”, afirmó. También subrayó que los diagnósticos escolares no solo sirven para detectar problemas, sino para actuar con oportunidad antes de que se conviertan en enfermedades crónicas.
Si bien se busca no dar cifras incorrectas sobre el porcentaje específico de sobrepeso en niñas, la tendencia al alza es clara. Además, en comparación con otras entidades del país, el estado se posiciona en el octavo lugar en avance de la estrategia nacional de atención al sobrepeso y vida saludable. Esta posición, sin embargo, no es estática. La carga diaria de información en el sistema puede hacer que el estado suba o baje posiciones continuamente.
La estrategia estatal se sostiene en un trabajo territorial intenso. Nueve brigadas integradas por 27 capturistas, personal médico, enfermeras y optometristas están recorriendo las escuelas del estado para hacer diagnósticos integrales: desde medir hemoglobina hasta identificar factores de riesgo relacionados con el peso, la vista y el desarrollo general de los menores.
Además, la iniciativa “No dulce, no chatarra” ha comenzado a mostrar signos positivos. Aunque es pronto para obtener conclusiones definitivas, los primeros cortes indican una posible disminución en algunos indicadores de discapacidad asociada a la mala alimentación.
Aun así, las autoridades insisten en que los frutos reales de esta política pública se verán a largo plazo. “Lo que se busca es que dentro de 15 o 20 años haya menos personas hipertensas y diabéticas en el estado”, señaló Meneses Hernández.
El compromiso tiene que ser firme: mantener esta estrategia como una política permanente, con ajustes y mejoras, para garantizar que las niñas y los niños del estado tengan mejores condiciones de salud y desarrollo desde la infancia.