- Zacatelco
Zacatelco se ha convertido en uno de los municipios más violentos de Tlaxcala, y la administración del alcalde José Miguel Acatzi Luna ha sido incapaz de contener la creciente ola delictiva que afecta a sus habitantes. Mientras los números en inseguridad aumentan, el edil calla, minimiza y evade su responsabilidad como autoridad municipal.
El pasado sábado, un nuevo hecho violento volvió a sacudir al municipio: un chófer de la ruta Santo Toribio - Tlaxcala fue asaltado a mano armada, y junto con tres pasajeros, fue privado de su libertad. Horas después, la unidad fue abandonada y desvalijada, en otro episodio más de impunidad absoluta.
Este no es un caso aislado, es parte de un patrón alarmante que la administración de Acatzi Luna ha normalizado con su inacción. No hay operativos permanentes, no hay coordinación efectiva con cuerpos estatales, no hay resultados visibles. La estrategia de seguridad del municipio, si existe, es invisible para los ciudadanos.
“No vemos patrullajes, no vemos prevención, solo vemos cómo el miedo se vuelve rutina”, comenta un vecino de la zona sur del municipio, donde los delitos han aumentado significativamente.
A pesar de los reiterados llamados de vecinos, transportistas y comerciantes, el alcalde se mantiene ausente del debate público sobre seguridad, optando por el silencio como respuesta ante los señalamientos. Ni conferencias, ni comunicados, ni un plan de acción concreto. Solo omisión.
Además, el problema se agrava con la existencia de un mercado informal de autopartes robadas que permite y alimenta estos delitos. El crimen opera con tranquilidad, sabiendo que la autoridad ni los persigue ni los desarticula.
En un municipio cada vez más golpeado por la delincuencia, la falta de respuesta institucional es, por sí sola, una forma de complicidad encabezada por su alcalde que prefiere desviar la atención en otros temas que atender lo que realmente merece relevancia.