• Educación
  • Cristian Mastranzo Garrido
La Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPTx) nuevamente se encuentra envuelta en opacidad y sospechas.

El autobús Irizar modelo 2025, entregado con recursos públicos en diciembre pasado, presuntamente desapareció y hasta ahora no hay una versión oficial sobre su ubicación o estado.

La unidad, con capacidad para 47 pasajeros, habría salido sólo en dos ocasiones antes de quedar fuera de servicio. En la primera salida sufrió rayones; en la segunda, durante las vacaciones de Semana Santa, sufrió una falla mecánica al vaciarse el depósito de aceite, lo que provocó que quedara varado a escasos metros del plantel.

Desde entonces, el autobús no ha sido visto nuevamente dentro de las instalaciones universitarias, y la única respuesta que reciben quienes preguntan es que el vehículo está “bajo resguardo”.

Sin embargo, trabajadores señalan que la unidad fue utilizada sin autorización por el chofer de confianza de la rectora Rosalía Nalleli Pérez Estrada, identificado como Miguel “N”, y por el secretario administrativo Hilario Nicéforo “N”, quienes estarían involucrados en el uso irregular del vehículo.

Ante la falta de información clara, la sospecha es creciente: el autobús presuntamente fue sustraído o escondido, sin que hasta el momento se haya iniciado una investigación interna ni se haya emitido una declaración por parte de la administración.

Docentes y estudiantes exigen que la rectora rinda cuentas y aclare si el autobús está averiado, fue llevado a reparación o, en el peor de los casos, desapareció del inventario institucional. Lo cierto es que el autobús no está disponible para su función académica y, al igual que la transparencia en la UPTx, se encuentra en paradero desconocido.

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