• Educación
  • Erika Pérez
Ante la disminución de matrícula, autoridades proyectan una redistribución territorial que respete derechos laborales y mejore la operación docente.

El sistema educativo de Tlaxcala enfrenta retos derivados del descenso en la población infantil. Para evitar la fusión de turnos y el cierre de planteles, se plantea una rezonificación basada en el territorio, reforzamiento a supervisiones escolares y fortalecimiento de los turnos vespertinos, además de la necesidad urgente de nuevas plazas docentes y asesores técnico-pedagógicos.

En Tlaxcala, la reorganización del sistema educativo se vuelve una necesidad urgente ante el cambio en la pirámide poblacional. Con menos nacimientos y familias más pequeñas, muchas escuelas ven reducida su matrícula, lo que amenaza con fusionar grupos, cerrar turnos vespertinos o incluso clausurar planteles completos.

Para enfrentar este escenario, la Secretaría de Educación impulsa un proyecto de rezonificación territorial que busca mantener al personal docente en sus espacios actuales —sin cambios de clave ni domicilio—, pero reorganizados en función de la densidad y ubicación de las comunidades escolares. "Lo que queremos es que las supervisiones observen el territorio en su complejidad", explicaron autoridades, quienes también destacaron que las y los 220 supervisores tienen la experiencia necesaria para asumir esta nueva visión integral.

El enfoque incluye eliminar la distinción entre sostenimiento federal y estatal en la atención a las escuelas, permitiendo que las supervisiones brinden acompañamiento a ambos tipos por igual. Asimismo, se busca que los criterios para la inscripción y preinscripción respondan a realidades locales, y no a normas federales uniformes que no aplican del mismo modo en zonas urbanas y rurales.

A la par, se trabaja en el fortalecimiento de los turnos vespertinos y en evitar que la disminución de matrícula derive en la reubicación forzosa de docentes. “Mi intención es que no se afecten los derechos laborales”, subrayo la Secretaría de Educación Pública, al referirse a los más de 17 mil trabajadores frente a grupo. El objetivo es que las propias supervisiones puedan facilitar una redistribución equitativa de la matrícula.

Aunado a esto, hay una demanda creciente de plazas en niveles clave: se necesitan cerca de 300 para educación especial, 150 en preescolar, y también horas adicionales para educación física. Además, se reconoce una gran desigualdad en la estructura de apoyo técnico, especialmente en el nivel preescolar, donde 47 supervisoras atienden sin asesores técnico-pedagógicos, mientras que en primaria algunas zonas cuentan con hasta tres se espera buenos resultados, finalizó.

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