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La diputada plurinominal Marina Jiménez Zamora, del Partido Acción Nacional (PAN), protagonizó un momento contradictorio al pronunciar un encendido discurso en defensa de los sectores más pobres del país mientras portaba un cinturón de la exclusiva marca Gancini, valuado en más de 20 mil pesos.
La legisladora acusó a Morena de usar la pobreza como bandera política sin dar resultados reales. “Los niños no tienen comida suficiente y los adultos mayores están en el abandono.
Desaparecieron el CONEVAL y ahora ya no sabemos si hay o no pobres”, declaró, visiblemente indignada.
La postura de la diputada de oportunidad rápidamente se volvió blanco de críticas en redes sociales, donde usuarios señalaron la incongruencia entre su mensaje y su imagen. El lujoso cinturón que lucía en pleno debate no pasó desapercibido, y muchos cuestionaron si realmente representa a los sectores vulnerables que dice defender.
“En el PAN tenemos claro que a los más pobres se les debe proteger con resultados, ya basta de los abusos de Morena”, agregó.
No obstante, sus palabras quedaron opacadas por los cuestionamientos sobre la congruencia entre el discurso político y el estilo de vida de algunos legisladores.
El contraste entre su discurso oficial y los símbolos de lujo reaviva la discusión sobre la desconexión de la clase política con la realidad cotidiana de millones de mexicanos, la diputada debe comenzar para hablar con principios basados en el ejemplo y no sólo alardear y criticar a otros partidos cuando ella en los hechos gana un salario ostentoso como legisladora y además se da ciertos lujos con adquisiciones visibles que demuestran el potencial económico con el que cuenta.