• Cuapiaxtla
  • Adolfo Tenahua Ramos
La presidenta ha sido ampliamente señalada por su falta de transparencia, pues no rinde cuentas claras sobre el destino del presupuesto.

En medio de una administración marcada por la ineficiencia, opacidad y señalamientos de corrupción, la presidenta municipal Alma Lorena Escobar González vuelve a encender la indignación ciudadana tras autorizar el gasto de 480 mil pesos del Fondo de Compensaciones para la compra de un "trenecito turístico", compuesto por una locomotora y dos vagones, en un municipio que carece de servicios básicos y atención a las verdaderas necesidades sociales.

Mientras los habitantes enfrentan falta de agua potable, calles en mal estado, nulo mantenimiento urbano, deficiencias en salud y educación, la alcaldesa destinó casi medio millón de pesos a una atracción recreativa sin justificación ni impacto real, lo que ha sido catalogado por ciudadanos como un acto de despilfarro y desconexión total con la realidad del municipio.

A esto se suma el creciente malestar por la falta absoluta de resultados en su gobierno, el cual ha sido señalado repetidamente por su ineficacia, autoritarismo y actitud revanchista hacia los críticos y opositores. Fuentes locales aseguran que Escobar González mantiene una postura de soberbia, cerrazón y desinterés por el bienestar colectivo, ignorando peticiones ciudadanas y cerrando el diálogo con la comunidad.

Además, hay acusaciones directas de corrupción y presunto desvío de recursos públicos, ya que según fuentes del propio ayuntamiento  denunciaron que la compra del trenecito incluyó facturas infladas, lo que sugiere un presunto esquema para beneficiarse personalmente del erario municipal.

La presidenta ha sido ampliamente señalada por su falta de transparencia, pues no rinde cuentas claras sobre el destino del presupuesto, evita comparecencias públicas y omite informar sobre avances reales de su administración, lo que ha generado sospechas fundadas de malversación y enriquecimiento ilícito.

Por este y otros hechos, los habitantes exigen una auditoría externa inmediata, investigación por parte del Órgano de Fiscalización y sanciones si se comprueba el mal uso del recurso público. Cuapiaxtla no necesita caprichos ni ornamentos: necesita obras, servicios, transparencia y autoridades que respondan al pueblo, no a intereses personales.