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  • Adolfo Trnahua Ramos
Se platicará con el dirigente, con la gobernadora”, puntualizó, dejando claro que su aspiración no está peleada con la institucionalidad.

 En medio de una gestión pública marcada por la cercanía con la gente, la austeridad y el cumplimiento de compromisos, el secretario de Educación Pública del estado, Homero Meneses Hernández, ha dejado entrever lo que muchos ya intuían: sí quiere ser gobernador. 

Pero lo dice con calma, con esa serenidad que da el haber recorrido todos los caminos de la izquierda, el haber resistido junto a los suyos desde abajo, desde la lucha de base, desde la calle y el mercado.

“Desde luego que quiero ser gobernador, pero hay que esperar los tiempos”, afirmó Meneses en una entrevista exclusiva realizada por este medio, en el que el tema fue puntual, el camino y las proyecciones hacia el proceso electoral de 2027.

 Y es que en un momento político en el que los reflectores ya se mueven rumbo a ese escenario, Meneses no ocultó su deseo, aunque se cuida de los tiempos y formas. “¿Qué servidor público que está en estas esferas no quiere?”, se pregunta con honestidad, pero también con respeto hacia su actual cargo y hacia quienes ya han levantado la mano.

Homero Meneses no habla desde la improvisación, habla desde una trayectoria. Hijo de un maestro y parte de una familia comerciante, ya que recordó con nostalgia que, durante 17 años vendió pollo en el mercado de Tlaxcala, compartió con emoción una anécdota reciente: “Un vendedor ambulante se me acercó y me dijo: ‘Oye, qué bueno que estés ahí’. Me sorprendió, me dio gusto. Porque es la gente la que ve, la que juzga y la que construye el futuro”.

Consciente del contexto político, no se precipitó en sus declaraciones. “La presidenta de México, Claudia Sheinbaum lo ha dicho bien, hay que esperar. Se verá qué dice el Consejo Nacional en su momento, se platicará con el dirigente, con la gobernadora”, puntualizó, dejando claro que su aspiración no está peleada con la institucionalidad.

Eso sí, mencionó que ha recorrido el estado entero al menos cinco veces desde que en el año 2000 acompañó al entonces gobernador Alfonso Sánchez Anaya en sus informes regionales.

 “No hay una comunidad que no conozca”, dice con convicción. Desde 1988 ha militado en la izquierda y, a pesar de tropiezos como el fallido intento de refundar el PRD en 2009, nunca dejó de creer en un movimiento verdaderamente popular.

“Recordaba el otro día cuando nos afiliábamos casa por casa. A veces no nos aceptaban, no nos creían. Pero ahí estuvimos, encabezados por el entonces dirigente Andrés Manuel López Obrador”, rememora.

Hoy, como parte del gobierno de Lorena Cuéllar, el secretario de Educación  impulsa la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación en Tlaxcala. 

“Hay condiciones”, afirma sin titubear; pero fue claro para lo que está por venir y no se refirió sólo al proceso electoral  venidero, sino al verdadero trabajo  la permanencia del partido Morena en el país.

 “No podemos pensar sólo en el próximo proceso electoral. Hay que mirar hacia 2030, 2033, 2036. No se trata de ganar una elección, sino de transformar al estado con responsabilidad y con visión de largo plazo”.

Desde su trinchera, Homero Meneses ha dado pasos firmes a favor de la educación en Tlaxcala. Como muestra,  gestionó los terrenos para traer el IPN a Contla, impulsó la llegada de la Universidad Rosario Castellanos a Xaltocan y Zitlaltepec, y ha contribuido con obras concretas que hacen realidad las promesas de campaña.

 “Hoy hay 140 millones de pesos destinados para la Universidad Rosario Castellanos. Estoy contento y satisfecho, porque los proyectos se están haciendo realidad”.

Para él, la educación no es sólo un cargo; es un compromiso personal. Su hermano, quien tuvo parálisis cerebral y falleció a los 36 años, es un recuerdo constante de por qué la inclusión, la justicia social y la empatía deben estar al centro de la política pública.

Pese a ello, el funcionario no olvida sus raíces. “Soy de pueblo, soy de Tlaxcala, no vengo de la capital ni de las élites”, dice con orgullo. 

Y en esa frase resume su identidad política: un hombre que ha luchado desde abajo, que sabe lo que es trabajar en el mercado, y que ahora quiere darle continuidad al proyecto que encabeza Lorena Cuéllar, pero desde la más alta responsabilidad.

Se le cuestionó que en caso de que las cúpulas del partido lo favorezcan y resulte electo como aspirante al gobierno del Estado ¿qué pasaría con su titularidad en la Secretaría de Educación? A lo que respondió:

“No se puede usar dos cachuchas”, reconoce. “Mientras la gobernadora me dé su confianza, seguiré cumpliendo. Cuando llegue otra etapa, la asumiré con gallardía y dignidad. Sería un privilegio que el hijo de un maestro y de una familia comerciante llegue a gobernar Tlaxcala”.