• Calpulalpan
  • Erika Pérez
A un mes del anuncio oficial, el proyecto de 750 millones de pesos no arranca; crecen dudas entre vecinos y autoridades.

La promesa se hizo, pero la maquinaria nunca llegó. A pesar de que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) aseguró que el Viaducto Santa Ana arrancaría el pasado 9 de junio, el ambicioso proyecto sigue empolvado en la fase de licitación. Hasta ahora, no hay una nueva fecha definida para dar inicio a los trabajos.

El retraso ha encendido las alertas entre vecinos, transportistas y autoridades locales, quienes temen que este sea otro de los tantos proyectos federales que se quedan en el papel. Aunque la SICT insiste en que la obra iniciará “este mismo año”, la incertidumbre crece, especialmente entre los más de 192 mil habitantes de Chiautempan, Tlaltelulco y la capital tlaxcalteca, quienes serían directamente beneficiados.

El viaducto contempla un paso vehicular elevado de 690 metros sobre la carretera federal 121 Puebla–Belén y una inversión que supera los 750 millones de pesos. Según la proyección inicial, también se generarían más de cinco mil empleos temporales y se reducirían hasta 20 minutos en los tiempos de traslado en esta conflictiva vía.

Mientras tanto, autoridades estatales y municipales trabajan a ciegas en planes alternos para mitigar el caos vial que podría desatarse una vez que arranque la obra. La presidenta municipal de Chiautempan, Blanca Ángulo, informó que ya se preparan bloques, señaléticas y esquemas de movilidad, aunque admite que aún no hay coordinación directa con la Federación para la ejecución concreta.

El viaducto, que ha sido anunciado como una solución vial de alto impacto, empieza a verse como un elefante blanco si los retrasos continúan. Por ahora, lo único claro es que los trabajos siguen en el escritorio.

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