• Apetatitlán
  • Adolfo Tenahua Ramos
Los casos de extorsión por parte de elementos policiales reflejan el nivel mediocre de la policía municipal y la pésima reputación de funcionarios y del propio alcalde.

La administración municipal encabezada por Azain Ávalos Marbán se ha convertido en un circo, luego de que se diera a conocer la devolución de una suma de dinero a una víctima de extorsión por parte de un elemento de la Policía Municipal. 

Aunque el hecho fue presentado en redes sociales como un acto de "honestidad y transparencia", la ciudadanía acusa al alcalde de encubrir una estructura interna marcada por irregularidades graves.

De acuerdo con testimonios, la víctima fue obligada a entregar dinero a un agente municipal en un claro acto de abuso de autoridad. Tras la denuncia pública, el oficial fue dado de baja y el dinero fue devuelto, lo que el presidente municipal presumió como una acción firme de su gobierno. 

Sin embargo, ciudadanos han señalado que esta acción representa un intento por limpiar la imagen del alcalde, mientras se ocultan prácticas generalizadas de corrupción al interior de su administración.

Y es que tanto la ciudadanía como el propio Órgano de Fiscalización Superior (OFS) han denunciado que la gestión de Ávalos Marbán se ha caracterizado por la presencia de aviadores, extorsionadores, servidores públicos sin perfil adecuado y, lo más grave, el presunto desvío millonario de recursos públicos, del que aún no se ha rendido cuenta de manera oficial.

“El presidente presume como acto de honestidad devolver el dinero que fue robado por uno de sus propios elementos, pero es él quien ha permitido que estas prácticas ocurran al proteger a funcionarios corruptos y solapar abusos de poder”, afirmó un exintegrante del cabildo municipal, quien solicitó anonimato por seguridad.

Por si fuera poco al darse a conocer estos señalamientos, el edil se ha molestado con los comentarios negativos que le realizan ciudadanos en redes sociales hasta con los propios medios de comunicación, lo que evidencia su intolerancia a la critica de un gobierno que no ha sabido responder a las necesidades de los ciudadanos y lejos de ello se ha enfocado en cometer errores que evidencian su falta de experiencia para gobernar y poner orden en el municipio.

Los casos de extorsión por parte de elementos policiales reflejan el nivel mediocre de la policía municipal y la pésima reputación de funcionarios y del propio alcalde, ya que cabe la posibilidad de que al interior de la administración haya mas funcionarios corruptos que estén recibiendo dinero a cambio de favores, pero que el torpe edil ignora.