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  • Adolfo Tenahua Ramos
A gritos acusó a la Guardia Nacional de "encubridores", aseguró que "no trabajan" y no perdió oportunidad para arremeter contra el gobierno actual, al que calificó de "nefasto".

Ni una tragedia detiene al polémico exdiputado Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, quien volvió a robar cámara fiel a su estilo estridente, esta vez en medio del dolor y la indignación por la muerte de un conductor de plataforma digital atropellado por una patrulla de la Guardia Nacional sobre la carretera Vía Corta Santa Ana–Puebla.


 
El exlegislador, conocido más por su afán de protagonismo que por resultados durante su paso por el Congreso, se presentó en el lugar del bloqueo realizado por transportistas, y sin importar el luto de los presentes, convirtió el momento en su propio espectáculo.


 
 A gritos acusó a la Guardia Nacional de "encubridores", aseguró que "no trabajan" y no perdió oportunidad para arremeter contra el gobierno actual, al que calificó de "nefasto".


 
En un intento por ganarse reflectores, Covarrubias se colocó frente a las cámaras, lanzando discursos incendiarios que poco ayudaron a esclarecer la situación, pero sí encendieron los ánimos en un ambiente ya de por sí tenso.


 
Testigos aseguraron que su intervención más parecía una puesta en escena que un acto de solidaridad.
 

Para muchos, la actitud del exdiputado fue irrespetuosa y oportunista, utilizando una tragedia real como plataforma para sus aspiraciones personales. Mientras familiares y colegas del conductor fallecido exigían justicia, Covarrubias se dedicaba a hacer circo, buscando culpables a gritos y sin pruebas.
 

Lo que quedó claro fue que, una vez más, Miguel Ángel Covarrubias no perdió la oportunidad para hacer lo que mejor sabe: escandalizar.

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